Pese a los más de 15 meses de ausencia en competiciones oficiales y las expectativas más que conservadoras, el regreso de Tiger Woods, la pasada semana en el Hero World Challenge, fue recibido con un enorme interés por los aficionados. Como se esperaba. Y no sólo en el Albany Golf Club de la isla de New Providence, en Las Bahamas, donde se celebró el torneo, sino también a través de las retransmisiones televisivas disparando las audiencias en Estados Unidos. Había mucho interés en ver el estado de forma de Tiger, así como su rendimiento de nuevo en alta competición.
Por ejemplo, en la primera ronda de la prueba, a la que sólo estaban invitados 18 jugadores, el seguimiento por televisión en directo aumentó nada menos que un 190% con respecto al Hero World Challenge del año anterior, en el que también estuvo Woods, pero sólo ejerciendo de anfitrión, sin competir.
El regreso de Tiger el pasado jueves fue la ronda de apertura más vista del año desde el British Open (excluyendo la Ryder Cup). El share televisivo de la segunda jornada, el viernes, aumentó un 200% comparado con el del pasado año. E incluso durante el fin de semana las audiencias fueron muy altas, aunque Woods ya no tenía prácticamente opciones de victoria.
Así, el directo de la NBC del sábado tuvo un 92% de seguimiento más que el de 2015; mientras que en Golf Channel se disparó hasta un 162%. El domingo, respectivamente, ambas cadenas crecieron un 54% y un 126% respecto a la retransmisión del mismo torneo un año antes. La sola presencia de Tiger es un aliciente enorme para los aficionados del que queda constancia en las audiencias televisivas.
