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¿Engañan las apariencias con Tiger?

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Tiger Woods (+7) no ha pasado el corte en el Quicken Loans National que se está disputando en el Congressional Country Club (Bethesda, Maryland). Al 74 del jueves ha seguido un 75 el viernes. Ni la más mínima opción en un campo que, además, no ha regalado nada.

La prueba fundamental: los cuatro líderes, los australianos Marc Leishman y Oliver Goss y los norteamericanos Ricky Barnes y Patrick Reed, se mueven en un registro de -6, y sólo hay 26 jugadores bajo par después de 36 hoyos.

Los números de Tiger dejan poco lugar a las dudas: su juego está completamente desengrasado. Se marcha habiendo cogido poco más de la mitad de las calles y algo más de la mitad también de los greenes… Demasiado irregular. Fallón. Tal y como él explica, además, está pagando caro la falta de competición en momentos puntuales y cruciales del juego. A la hora de enjuiciar la velocidad de los greenes, por ejemplo. Por otro lado, nada que deba escandalizar, teniendo en cuenta el tiempo que ha estado fuera de juego. Aunque…

Del ex Número 1 siempre se espera más. Incluso en sus actuales circunstancias. La cuestión es saber si las apariencias engañan y si, por tanto, este pequeño tropiezo entraba en los planes y los cálculos del californiano. ¿En lo más profundo de su ser competitivo manejaba realmente la opción de quedarse fuera del corte y con tanto margen?

Probablemente él si contemplaba la posibilidad de mostrar un juego largo todavía desajustado y por pulir. Y seguramente su principal y casi única obsesión era la de certificar que no sufría dolores, que al menos la ‘máquina’ está reparada y sólo queda ponerla a punto. Y así se han dado las cosas: un juego largo desajustado y una espalda en buen estado, libre de dolores.

Pero también es muy posible que Woods esperara algo más de su juego corto. Que aspirara a dar guerra amparado en su contrastada habilidad alrededor de los greenes. Una parcela del juego que, además, sí ha podido trabajar más durante su convalecencia. Fiasco: hoy sacaba adelante sólo dos de las ocho recuperaciones a las que se enfrentaba. De hecho, entre los dos días ha hecho tres de dieciséis, el peor registro de su carrera.

Sea como sea, el reto y la situación parecen de nuevo apasionantes. El titán cabalga de nuevo.

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