Gonzalo Fernández Castaño firmó un inicio notable en el The McGladrey Classic. Después de siete hoyos marchaba cómodamente situado con dos bajo par, en la zona alta de la tabla. El madrileño andaba bien, cazando casi todos los greenes, pero la vuelta comenzó a nublarse…
Encadenó bogey y doble bogey en los hoyos 9 y 10. Un revés en toda regla. Caída al vacío en la clasificación y lucha psicológica consigo mismo para mantenerse en la vuelta. Especialmente amargo fue el hoyo 10, culminado con doble bogey tras un tripateo mezquino desde menos de seis metros.
Ese camino entre el green del hoyo 10 y el tee del 11 marcó el resultado final de Gonzalo. Podría haberse machacado, lamentando su suerte, maldiciendo una vuelta más que se torcía después de haber empezado como la seda. Pero no, optó por lo contrario. Templó lo nervios, levantó la cabeza y buscó soluciones. Bingo.
Gonzalo ganó al campo en los ocho hoyos finales, con dos birdies, uno con un gran putt desde unos once metros y otro con un tirazo a cien metros de la bandera que dejó dada, sin duda el tiro del día. También cometió un bogey, pero el balance final era notable. Una vuelta que bien podría haberse escapado por el sumidero, terminaba bajo control.
Par del español para empezar en el Seaside course de Georgia. Está justo dentro del corte y apenas a cinco golpes del cuarteto de líderes: Brian Harman, Will MacKenzie, Erik Compton y Michael Thompson. En el capítulo negativo destaca el escocés Russell Knox, que ha pasado de pelear por los dos primeros torneos del año del PGA Tour a colocarse penúltimo con una ronda de +6.
