No fue el mejor sábado para Rickie Fowler (-17). Completando su rotación de campos del American Express en el Stadium Course al PGA West, el campo que se ha mostrado más exigente esta semana, el golfista de Murrieta protagonizó un muy mal comienzo de ronda que le descabalgó del coliderato del torneo a las primeras de cambio.
Rickie llegó a estar +2 en el día a nada menos que siete golpes de los líderes, un auténtico drama para un jugador que comenzaba el fin de semana como gran favorito a la victoria. Pero en la segunda mitad del recorrido diseñado por Pete Dye, sin perder la calma ni la perspectiva, logró arañar tres birdies, que unido al que consiguió en el 9 le reengancharon de nuevo a la pelea por el triunfo.
The two most painful shots in golf … back-to-back. #QuickHits pic.twitter.com/kTHkjnke1V
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Volverá a enfrentarse de nuevo al Stadium Course el domingo, el campo que jugarán los 74 jugadores con un resultado de -9 o mejor que lograron pasar el corte. Y tratará de poner a prueba la fortaleza mental de los líderes, infinitamente más inexpertos que él a la hora de afrontar jornadas tan decisivas. Encuadrado en el penúltimo partido del día, junto a Ryan Moore (-16), Rickie buscará birdies desde el principio para meter presión y recortar cuanto antes su desventaja de cuatro golpes.
Scottie Scheffler (-21) y Andrew Landry (-21), que jugaron el Stadium Course y el Nicklaus Tournament respectivamente, tendrán que estar muy atentos a la pizarra de resultados para mantener a raya a Fowler. Y si lo consiguen, jugarse a cara de perro una victoria que les permitiría dar un salto cualitativo y cuantitativo en la FedEx Cup del PGA Tour.
En el caso del joven Scheffler, de 23 años de edad, supondría su primera victoria en el circuito al que accedió esta misma temporada tras convertirse en una de las sensaciones del Korn Ferry Tour de 2019, donde ganó dos torneos. Su arranque de curso, con tres top 10 en siete eventos, le garantiza ya la tarjeta para 2021, por lo que su única preocupación será seguir en la misma línea (tarjetas de 65, 64 y 66 en las tres primeras rondas) para intentar levantar ese primer gran trofeo de su carrera y empezar a escribir su propia historia en el circuito.
The craziest shot you'll see today. ¯_(ツ)_/¯ pic.twitter.com/DCltECgbyC
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Para Landry, de 32 años, la situación es completamente diferente. En su cuarta temporada completa en el PGA Tour busca la que sería su segunda victoria (ganó el Valero Texas Open de 2018), pero sobre todo, un resultado que le ayude a reconducir un durísimo arranque de curso, en el que sólo ha logrado pasar un corte en ocho torneos. Hoy ha basado su salto al coliderato en una auténtica exhibición con el putter. Las ha metido de todos los colores para firmar un 65 que le permite volver a soñar. Mañana puede ser su gran día.
Por detrás, Ryan Moore y Chase Seiffert (-15) no perderán detalle por si en algún momento se abre una rendija que les permita meterse en la pomada. Una posición a la que no optarán ya grandes estrellas del ‘field’ del torneo que se han quedado fuera del corte, como el anfitrión, Phil Mickelson (-3), el ganador de la edición del pasado año, Adam Long (-6) o el italiano Francesco Molinari (PAR), que se despide del Valle de Coachella en un discretísimo puesto 138º.
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