Jim Furyk se adjudicó el Verizon Heritage en el primer hoyo del desempate que le enfrentó a Brian Davis en el Harbour Town de South Carolina. El inglés le sacaba un golpe al norteamericano a falta de cuatro hoyos, pero dos bogeys en el 15 y el 16 le alejaban el sueño de su primer título en Estados Unidos. Con un heroico birdie en el 18, Davis forzó la prórroga…
Lo que podría haber sido la primera victoria de Davis en el circuito americano se convirtió en la décimo quinta de Furyk en su carrera y la segunda de este año.
El desempate tuvo su miga. Se disputaba en el 18 y ambos contendientes salieron bien a la calle, Furyk un poco más largo. A Davis se le fue un pelín a la izquierda su hierro 7 y la bola acabó en mala parte: entre piedras y juncos en la playa de Harbour Town, a pocos metros del mar. Además, el segundo golpe de Furyk fue muy bueno y dejó la bola en el antegreen, bien colocada.
Davis tenía el par complicado. Sólo un golpe magistral que acabara en el hoyo podía prolongar el playoff. El inglés sacó la bola de la arena y la dejó a unos seis metros del hoyo. Era un putt posible, que ya había metido unos minutos antes en ese mismo green. Pero algo había pasado durante el golpe de Davis.
“Fue una de esas cosas que pasan. Creí ver por el rabillo del ojo algo que se movía. Y pensé que lo mejor sería comprobarlo en televisión… y me lo confirmaron”, confesó el inglés. Davis llamó al director del torneo, Slugger White, y le explicó su sospecha.
Efectivamente, al levantar el palo, Davis rozó un junco suelto que apenas se movió: algo sólo perceptible tras analizar la jugada a cámara lenta. En un gesto que honra al jugador y engrandece el deporte del golf, Davis se sumó dos golpes de penalización y felicitó a Furyk cuando éste metió su putt para par.
“Fue extraño que pasara en un momento tan importante de un torneo de golf”, señalaba Furyk tras su triunfo. “Extraño para él perder de esta manera y un poco extraño para mí ganar así”.
