Robert Garrigus podría poner de moda una nueva manera de preparar los torneos. El nuevo líder del Valspar Championship llegó el jueves al campo sin jugar una ronda de prácticas y sin coger un palo. Igual que hizo en 2010 en el Children’s Miracle de Disney, su única victoria en el PGA Tour.
Garrigus prefirió cambiar la bolsa y el guante por los aparejos de pesca. Se fue al lago y lanzó la caña. Lo hizo el lunes, el martes y el miércoles. Objetivo: una pieza que en Estados Unidos se conoce como Bass y que equivale más o menos a nuestra lubina española, aunque su tamaño puede ser bastante más grande.
Garrigus, tras dos rondas, tiene tres golpes de ventaja sobre Kevin Na. “La clave es la pesca, lo tengo claro. Me ayuda mucho, me aclara, me despeja y llego mucho mejor al campo”, asegura el norteamericano. El torneo que ganó en 2010 se disputó apenas a una hora en coche de Copperhead, y lo preparó de la misma manera. No pisó el campo y se marchó al mismo lago a pescar bass.
Realmente, le viene bien la pesca. El duro recorrido de Tampa está haciendo estragos. Sólo 21 jugadores marchan por debajo del par y veremos si alcanza la decena el domingo. Igual, la próxima vez, Garrigus debería llevarse consigo a John Daly. El rubio ganador de dos majors firmó ayer su tarjeta más alta en el PGA Tour (90 golpes), incluido un 12 en el hoyo 16, tras marcharse tres veces al agua y necesitar tres approachs para llegar a green. Pese a este accidente, Daly asegura que el problema está en los yips, esos movimientos espamódicos que afectan especialmente a la hora de patear. En dos días ha sumado nada menos que 70 putts. Resultados.
