Primera ronda de Alejandro del Rey (-3) en un torneo del PGA Tour. Ha sido este jueves en Kentucky, en el Champions course del Keene Trace Golf Club, durante la primera jornada del Barbasol Championship. Tarjeta de 69 golpes. Así como presentación en la sociedad norteamericana no está nada mal. Se ha colocado en la zona media alta de la clasificación. Ya sabemos que todo lo que no sea entregar un cuatro menos en este campo es ir perdiendo terreno, pero al 69 tampoco le vamos a poner muchos peros.
Mucho menos si tenemos en cuenta que el golfista madrileño ha tenido que remontar. Empezó por el hoyo 10 y después del 17 marchaba con +1 en el día. Este resultado no sólo te despide de la posibilidad de hacer algo importante esta semana, sino que prácticamente te manda a casa sin opciones de pasar el corte.
Seguramente, el momento clave de la vuelta, ese punto de inflexión que hay en cada ronda de golf, ha llegado precisamente en el hoyo 18, su noveno del día. Alex venía de hacer doble bogey en el 17 mandando una bola al agua y lo primero que hizo en el 18 fue mandar otra bola al agua… Definitivamente, el asunto no pintaba nada bien. Sin embargo, Del Rey dropó, pegó un gran tercer golpe en este par 4 y embocó un putt de cinco metros para par. Una salvada antológica.
A partir de aquí, vino el festival Del Rey, ya saben, las montañas rusas. Hasta ahí había tocado subir, pero desde el 1 empezó a bajar a toda velocidad. Birdies en los hoyos 1, 3, 4 y 5. Despliegue brutal de bombazos y aciertos, sobre todo en la secuencia del 3 al 5. Tomen buena nota de las distancias desde el tee en estos tres hoyos: 364 yardas, 359 yardas y 382 yardas. Sideral. Cierto es que el recorrido de Kentucky está en alto y la bola vuela más de lo habitual, pero hay que ponerla ahí. De hecho, apenas Brandon Matthews, por encima de las 390 yardas, y Freddy Schott, que rozó las 390, pegaron más largo que él en el 5. Matthews es el segundo pegador más largo del PGA Tour después de Rory McIlroy. Alex es el segundo más largo del DP World Tour tras Wilco Nienaber.
Del Rey ha dejado su sello de gran pegador en el PGA Tour al primer intento. Después, sumaba un birdie más en el hoyo 8, con una gran opción de eagle de unos siete metros, y terminaba con un doloroso bogey que lo dejaba sin el -4, ese resultado diario que hace falta si se quiere estar en el top 10 en el Barbasol.
Como era de esperar, los buenos resultados se han multiplicado. El liderato está en -8 compartido por dos veteranos, Ryan Armour y Ryan Moore. A un golpe hay ya tres jugadores y es muy posible que ni siquiera el -5 sea suficiente para estar en el top 10 cuando termine la jornada.
