Llegaba Jon Rahm (-17) a Bahamas con la sana y ambiciosa idea de defender con éxito su título del año pasado en el Hero World Challenge, el exclusivo torneo de Tiger Woods. ¿Es que este hombre no tiene una semana mala? A veces parece que no, porque tan solo una excelente actuación de Henrik Stenson (-18), justo ganador final, ha evitado la tercera victoria del vasco en sus tres últimas comparecencias. Jon es hoy un portento de fiabilidad y confianza. No se altera bajo ninguna circunstancia. Es como si supiera con absoluta certeza que su momento va a llegar, antes o después. Y eso es mucho saber y esperar, si hablamos de golf.
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El caso es que los picos altos de juego e inspiración siempre le cogen dispuesto y manos a la obra. En la última ronda de la Final de Dubai, por ejemplo, arrancaba como un tornado, enchufando putts desde todas las distancias y esquinas. En esta ocasión, iba a tener que esperar un poco más. De entrada, ni las estaba dejando demasiado cerca, ni tampoco acertaba con los putts de media y larga distancia. Pero ahí iba el joven español, sin perder tampoco el hilo…
Así se reparte la bolsa de premios del Hero World Challenge de Bahamas
Cuando al fin pudo cambiar el ritmo, con un birdie en el 14, seguido de un eagle en el 15 (el tercero de la semana en este hoyo) tras embocar un putt muy largo, dio la casualidad de que Justin Thomas y Tiger Woods comenzaron a marchar a trompicones, salpicando de errores su juego. ¿O no era casualidad? Lo fuera o no, lo que sí es cierto es que llegado el momento clave, en el último tercio de la ronda, ellos no conseguían dar el paso adelante decisivo. Esta vez no.
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¿Dónde y cómo ha ganado el torneo Henrik Stenson? El cuerpo pide situar el epicentro del éxito en el tirazo de 259 yardas (unos 237 metros) que pegaba en el hoyo 15, par 5, para dejarse dado el eagle. La situación y la majestuosidad del golpe, una madera a las nubes que incluso rondaba seriamente el albatros, así lo demandan.
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Sin embargo, unos hoyos por delante se había dado una concatenación de hechos muy importantes, quizá de mayor peso en el devenir del torneo, por su oportunismo y singularidad. En el hoyo 11 salvaba el par tras enchufar un purazo desde unos quince metros. O lo que es lo mismo: de estar mirando de reojo al doble bogey pasaba a firmar un par tan glorioso como imposible. Poco después, en el 13, embocaba otro putt largo, desde unos nueve metros, para birdie. Y acto seguido, en el 14, salvaba otra situación delicada pateando para salvar el par desde unos tres o cuatro metros. Repitamos ahora la pregunta: ¿dónde y cómo ha ganado el torneo Henrik Stenson? De acuerdo: el cuerpo nos sigue pidiendo situar el epicentro del éxito en la bomba teledirigida del 15. Cualquier destello de genio es importante y poco importa, porque la verdad es que al escandinavo se le ha visto con un juego y unas maneras de pura roca durante toda la semana.
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Rahm ha hecho todo lo que estaba en su mano y un poco más. Ahí quedan cuatro señoras vueltas en Albany, en las que tan solo ha sumado cuatro bogeys en 72 hoyos. Y ahí queda un final de 2019 rubricado con un segundo puesto en Wentworth, sendas victorias en Madrid y Dubai y otro segundo puesto en la fiesta final de Tiger. Es un verdadero privilegio, que todavía debemos digerir, verlo competir de este modo caníbal casi en cada torneo. La cita dominical con Rahmbo es un regalo para el espíritu y la vista.
Y ahora, que repiquen a gusto y desaforadas las campanas de boda.
