Ian Poulter está dispuesto a iniciar una batalla legal contra el PGA Tour después de conocer la decisión del circuito americano de expulsar indefinidamente de su organización a los golfistas que están jugando el primer torneo de LIV Golf en Londres sin el permiso correspondiente.
Hay que recordar que los 17 jugadores que son (o eran) miembros del PGA Tour que están jugando en el Centurion Golf Club esta semana solicitaron formalmente un permiso al circuito americano hace ya un tiempo para jugar este estreno de LIV Golf. El permiso no fue concedido y ya entonces se les advirtió de que habría sanciones duras para los que no aceptaran este dictamen.
Es por ello que ayer mismo, cuando todos los jugadores habían dado ya el primer golpe en el torneo de Londres, el PGA Tour emitió un comunicado confirmando la expulsión de todos ellos por la vulneración de las reglas de membresía del circuito americano.
El castigo del PGA Tour no ha pillado por sorpresa a los jugadores. De hecho, muchos de ellos, como Dustin Johnson, Sergio García, Graeme McDowell, Branden Grace, Kevin Na o Louis Oosthuizen, entre otros, decidieron renunciar a su membresía en el PGA Tour para evitar la sanción. La consecuencia es la misma, no van a jugar en el circuito americano, pero implica menos enfrentamiento. Yo me voy antes de que me eches…
Sin embargo, Ian Poulter ha optado por otra vía. El golfista británico, que no ha renunciado a ser miembro del PGA Tour, anunció ayer que va a llevar al PGA Tour a los tribunales por su expulsión. «Apelaré con toda seguridad. No tiene sentido. Creo en la posibilidad de jugar al golf en todo el mundo, ¿qué tiene de malo? Ya en el pasado me dieron permiso para jugar torneos en todo el mundo. Es una pena que consideren esto como algo diferente. No sé por qué. Todos podemos hacer suposiciones sobre el motivo. La competencia es probablemente la verdadera razón. Es una lucha de poder y es simplemente decepcionante», explicó.
Una batalla legal entre LIV Golf y el PGA Tour parecía inevitable, ya que los jugadores se consideran a sí mismos como contratistas independientes que deberían poder jugar donde quisieran. Es más, es lo que desea realmente LIV Golf, ya que sus asesores legales están convencidos de que van a ganar la batalla legal y, por tanto, se generaría una jurisprudencia.
Meterse en una batalla legal contra el PGA Tour no es agradable. Graeme McDowell, por ejemplo, renunció a ello 30 minutos antes de salir a jugar ayer. «He hablado con algunos jugadores, hemos hablado con los abogados y he renunciado a la membresía para evitar follones de litigios». Y añadió: «estamos en el Reino Unido. Hay jugadores como yo, Ian Poulter y Lee Westwood, que estamos en nuestros mercados de origen. Se nos debería permitir operar aquí como golfistas profesionales. Pero todos sabemos que la situación tiene que ver con algo más grande», apuntó.
Phil Mickelson, por su parte, ha preferido no hablar públicamente sobre el PGA tour y su decisión, aunque sí confirmó que va a jugar los ocho torneos de LIV Golf este año y los diez de 2023.
