Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Jason Day mantuvo el tipo en los greenes diabólicos de Sawgrass
el australiano lidera con autoridad el the players tras una tercera jornada que fue un interesante disparate

Jason Day mantuvo el tipo en los greenes diabólicos de Sawgrass

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Sólo seis vueltas por debajo del par en la tercera jornada del THE PLAYERS. Había que ver cómo cambiaban radicalmente las cosas respecto a las dos primeras jornadas…

Un día duro en la oficina. Muy tenso. ¿La causa? Unos greenes de vértigo. Por momentos, insufribles. ¿Por qué? Que no les cuenten milongas: exactamente porque así lo quiso la organización del torneo, que cerró el grifo (literalmente) y se aplicó con el segado y el rulo, manteniendo además la línea habitual que se sigue en esta cita (el Stadium course del TPC Sawgrass siempre se juega más complicado el fin de semana), pero dando una vuelta más de tuerca. O quizá dos. Ni más, ni menos.

¿Injusto? Casi se antoja una pérdida de tiempo esta valoración, puesto que todos los jugadores se encontraron con las mismas condiciones. En todo caso, injusto con la audiencia, con una vuelta del partido estelar que rondó las cinco horas y cuarenta minutos en una jornada sin vendavales ni cortinas de agua. Un pelín pestoso, visto por ese lado, pero en Estados Unidos se permite todo y, honestamente, también se hace difícil exigir a los profesionales que se pongan a patear deprisa y corriendo en semejantes tapetes. Todo un dilema.

También hubo mucho y bueno que llevar a la boca, como siempre. Por ejemplo, la formidable capacidad de adaptación del Número 1 del mundo y líder del torneo, Jason Day (-14), con cuatro golpes de ventaja sobre sus perseguidores. O mejor dicho: la delirante ristra de recursos que tiene este hombre, capaz de embocar desde fuera de green en el 15 para salvar el par y una situación que de reojo miraba al doble bogey, o de cubrir una distancia de 265 metros pegando con un hierro 2 desde el tee, como hacía mismamente en el 18. Para qué hablar de esos hierros 7 a las nubes pegando desde cerca de 180 metros del objetivo…

Es cierto que jugó una por encima del par y que hubo otros como Matsuyama (-10 y vuelta de 67), y sobre todo Ken Duke (-10 y vuelta de 65) que anduvieron más brillantes. Pero apenas necesitaba sacudirse el polvo de los hombros, o esa sensación daba, para neutralizar dos dobles bogeys y tan solo un día irregular y tontorrón en los greenes (lógico, por otro lado, visto lo visto) le impedían llevar el liderato a cotas imposibles. No embocó ni una que no hubiera dejado casi dada o muy cerca y hasta se permitía el lujo de errar una opción de eagle en el 16 desde metro y medio, después de haber pegado madera 3 y hierro 7 para cubrir los 484 metros que separaban el tee de la bandera. Una bestialidad.

Por el camino, jirón a jirón, se iban quedando otros favoritos como Rory McIlroy (-5, vuelta de 75), Adam Scott (-3, 75), Brooks Koepka (-3, 77), Bubba Watson (-2, 74), Russel Knox (-1, 80), Zach Johnson (PAR, 80)…

Y Sergio García (-1, 77). Al castellonese lo mataba un terrible accidente en el hoyo 5, donde sumaba hasta seis putts y un cuádruple bogey. Hay que ser justos con él y reconocer, además, que su actitud en ese momento fue más que correcta: miró y estudió cada uno de los putts, pero no había manera…  Tampoco perdió después la concentración y lo cierto es que da mucha rabia el incidente, puesto que Sergio estaba jugando bien y este perfil de jornada le venía a él que ni pintada para ganar posiciones, en un escenario donde no le cuesta nada meterse en la burbuja y remar hacia adelante. El domingo, en todo caso, el drama va a estar servido de igual o similar manera y quizá sea entonces el momento de la escalada, aunque en ningún caso para acercarse a las primeras posiciones.

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