Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Rahm y el debate de los cortes: rectificar es de sabios
El de Barrika apunta también a la causa principal del juego lento en el golf

Rahm y el debate de los cortes: rectificar es de sabios

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Jon Rahm ha demostrado a lo largo de su carrera, aún corta pero muy intensa, que tiene una opinión sólida sobre todos los asuntos que rodean al golf y no tiene ningún problema en expresarla públicamente cada vez que toca. El peso de Jon en los debates del PGA Tour y el golf mundial es cada vez mayor. Se le escucha y se le respeta. Y por ello, también se le pregunta.

Rahm ha sido el primer jugador en atender a los medios de comunicación este martes en la previa del Memorial Tournament y ha demostrado que igual que tiene planteamientos muy bien estructurados los diferentes temas, tampoco tiene ningún problema en cambiarlos si considera que estaba equivocado o descubre un nuevo ángulo que le hace modificar su opinión. Se apunta al dicho popular que dice que rectificar es de sabios.

Esto es lo que ha sucedido con dos asuntos muy de actualidad en el mundo del golf y bastante controvertidos: los cortes en los torneos designados del PGA Tour y la utilización de los medidores láser en los torneos. Inicialmente, Jon se mostró a favor de que no hubiera corte en las citas más señaladas del circuito americano (algo que en principio se aprobó para el próximo año, pero ya veremos cómo queda) y en contra del uso de dispositivos electrónicos durante las rondas oficiales para calcular la distancia de los golpes. Hoy ha dicho lo contrario y lo ha justificado, dejando claro que ha cambiado de opinión.

«Sobre los cortes pensaba una cosa y ahora pienso otra. Al principio era partidario de que no se eliminara a ningún jugador después de dos rondas, pero a medida que ha pasado el tiempo me he convertido en partidario del corte. Creo que es parte del juego y una parte importante, por duro que pueda ser dejar fuera del torneo sólo a 20 jugadores (los torneos designados van a ser del field reducido). Pero lo haría. Por otro lado, sólo tienes que ser mejor que 20 jugadores para pasar el corte. Creo forma parte del juego. Primero te ganas jugar el fin de semana y después te ganas la victoria. Es una parte que disfruto y lo experimenté recientemente en la PGA. El viernes tuve una sensación diferente cuando luchaba por pasar el corte. Es un tipo diferente de presión y nunca se sabe lo que puede ocurrir después. Juegas bien el viernes y a lo mejor se enciende la llama para el fin de semana. Es parte de la historia. Si desaparecen los cortes, el récord de Tiger Woods de 142 cortes consecutivos no tendría el mismo significado porque y no se podría batir. Así que, como he dicho, al principio estaba a favor de que no hubiera cortes y luego, con el paso del tiempo, creo que deberíamos tener un corte», asegura el campeón del Masters. Siempre aparece el valor de la historia y los récords en sus reflexiones. Es el pensamiento de un gran campeón y un enorme competidor.

Rahm insiste en la idea de que luchar por pasar el corte es un gran reto que tiene cada semana un golfista y que puede cambiar su torneo. Es una característica esencial de este deporte. «Me enorgullezco de ser un jugador consistente, de pasar muchos cortes y de darme oportunidades de ganar. Creo que eso es importante. No sabría decir otra cosa. En el BMW Championship del año pasado iba directo a fallar el corte después de ronda y media, sin embargo, después jugué nueve hoyos buenos, me metí en el fin de semana, lo hice increíble y acabé décimo. Pero quién dice que siempre mereces una oportunidad de pasar el corte y estar en el fin de semana», señala.

Para reforzar su posición, Rahm recuerda lo que ocurre cada años en el Masters de Augusta, el major más parecido en cuanto a participación a los torneos designados. «Tiene uno 80 jugadores, hay un corte y nadie dice nada al respecto. Que Tiger Woods igualara el récord de 23 cortes seguidos en Augusta tiene su importancia, significa algo. Por todo ello, creo que el amante de la historia y del juego ha dado marcha atrás y me he dado cuenta de que el corte es algo que disfruto mucho», sentencia.

Respecto a los medidores de distancia, Jon también ha cambiado de opinión. Todo empezó en Kiawah. «Creo que los medidores de distancia ayudarían a mejorar el ritmo de juego. Antes abogaba en contra y ahora estoy a favor. Y cambié de opinión en Kiawah cuando, con esos fuertes vientos, podías ir de un lado a otro de estas dunas de arena y el caddie podía tardar bastante tiempo en obtener la distancia. Con un medidor sería apretar un botón y acabar en tres segundos. Cuando estamos en la calle no habría mucha diferencia, pero en esas situaciones en las que estás un poco fuera de línea puede que te ahorre bastante tiempo», explica.

Por último, hablando de tema comprometidos, respecto al juego lento, Jon tiene claro cuál es el problema. Durante la explicación ha defendido a Patrick Cantlay en el pasado Masters. «Lo que pasó en Augusta se sacó un poco de contexto. Patrick y Viktor (Hovland) esperaron también hasta el hoyo 16. Y luego en el 16, cuando nos ves esperando a nosotros, Viktor se había ido largo a la izquierda del green y Patrick acabó pasado el búnker de la derecha, que es un putt de 15 metros que tiene una caída de más de 13 metros. Tardas en pegar esos golpes. Y Brooks (Koepka) y yo estábamos jugando bastante rápido. Así que entiendo lo que parecía, pero no los vimos en el 17 y 18″, apunta.

Así las cosas, respecto al juego lento, Jon piensa que es un problema de número de jugadores en los torneos. «Cuando hay muchos jugadores en el campo, todo va más lento. Así son las cosas. El tamaño del field marca la diferencia. Rara vez oímos hablar del juego lento en los playoffs, cuando tenemos 50 jugadores el fin de semana jugando de dos en dos. Si hay muchos grupos los pares 5 se van a retrasar, los difíciles pares 3 se van a retrasar y vas a tener que lidiar con ello, a menos que pongas un reloj de tiro y ni siquiera creo que eso vaya a ayudar porque tienes un mal golpe de salida y puedes perder tres minutos buscando la bola y los de detrás tienen que esperar. Creo que se trata de cuánta gente hay en el campo», remarca.