Jon Rahm (-4) ha cerrado una más que interesante primera vuelta en el Genesis Open de 67 golpes y ya está ahí arriba, en el top ten, y a cuatro golpes de un inspirado J. B. Holmes (-8), líder, que firmaba el primer bogey de la ronda en su hoyo 14 (hoyo 5, había salido por el 10) y a continuación respondía con un hoyo en uno en el 6 para dejar las cosas bien claritas…
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El torneo, pasado por agua, está que arde. Además de Holmes, se han unido también a Jordan Spieth (-7) en la zona caliente de la tabla Justin Thomas (-5), Adam Scott (-5) o Keegan Bradley (-5). Tiger Woods (-1) aguarda en una segunda línea, pero le ha dado la vuelta con un gran golf a una de esas jornadas que salen tontas, o eso parecía, en la que le estaba costando sacar rédito a su juego en los greenes (hasta tres tripateos se cuentan en su ronda) y había llegado a situarse +2 después de seis hoyos. Hay que contar con él.
Pero estábamos con Rahm. El joven español se mantiene firme en la senda que ha abierto en 2019. Un camino de pura regularidad en la excelencia, en el que no deja de asomar entre los mejores semana a semana, vuelta a vuelta, casi hoyo a hoyo. Marcha sereno y blindado. Ni una sola vuelta por encima del par desde que arrasara en el Hero de Tiger, allá por diciembre. Y van ya 21, de las cuales 15 se iban por debajo de los setenta golpes.
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Hoy ha enchufado unos cuantos metros de putt, es cierto, y eso siempre ayuda, pero se le ha visto ordenado y muy metido. Ni siquiera la gracia de los duendes en el 11, par 5, donde una bola que iba destinada a quedarse al lado del hoyo pegaba en la bandera y se iba al bunker, lo ha sacado de la burbuja.
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Sergio García (+4), por su parte, se ha complicado mucho la vida con una ronda de 75 golpes. Mucho va a tener que remar para salvar el corte. El castellonense se ha decidido finalmente a estrenar el nuevo putter, estilo DeChambeau, pero la causa del mal resultado no hay que buscarla en esta herramienta. O no sólo. No ha estado muy acertado en los greenes, pero es que a Sergio no le ha ido bien en esta primera vuelta en ninguna de las parcelas del juego. Algo errático desde el tee, irregular con los hierros y nada brillante alrededor de los greenes cuando tocaba recuperar, situación en la que se ha visto hasta en ocho ocasiones… El corte estaba situado en -1 una vez cerrada la primera vuelta, así que las cuentas son claras: el español necesita un vueltón en torno a los 66 golpes para meterse en el fin de semana.
