No ha sido el viernes soñado para Jon Rahm (-8) en el American Express del PGA West de La Quinta, en California. El golfista de Barrika ha sufrido para entregar una tarjeta de 70 golpes, con cinco birdies y tres bogeys, que le obligará a subir el nivel desde mañana si quiere echarle el guante al líder del torneo, el estadounidense Patrick Cantlay (-14), que mejoró al español ayer y ha vuelto a hacerlo hoy.
Ambos jugaba en el Nicklaus Tournament, segundo de los tres recorridos en los que se compite en rotación en las tres primeras rondas del torneo. Y el fin de semana les espera y por partida doble el temido Stadium Course, tal vez el campo más difícil de los que forman parte de este primer torneo de la gira por la Costa Oeste, y donde se decidirá el próximo domingo quién toma el testigo de Si Woo Kim en el palmarés de ganadores del evento.
Jon arrancó el día de la mejor manera posible, con un buen birdie al hoyo 10 pateando desde algo más de tres metros. Pero no solo no consiguió mejorar su juego desde el tee respecto a la primera ronda del jueves (64% de calles y menos distancia) sino que empeoró bastante su rendimiento con los hierros (55% de greenes en regulación), dejándose menos opciones de birdie y cometiendo varios errores.
Dos bogeys seguidos en el 17 y el 18, hoyos en los que cerraba su primera mitad de ronda, le pusieron cuesta arriba las cosas. Y aunque logró recuperarse con buenos birdies al 1, 2, 4 y 7, alguno de ellos pateando incluso desde fuera de green, un bogey más, en el par tres del 8, dejó a medias su intento de remontada, situándole a seis golpes de la cabeza con 36 hoyos por delante. No es imposible, pero para meterse en la pelea por la victoria del domingo necesita jugar muy bien mañana en el estadio.
Rahm, en el 32º puesto empatado de la clasificación, tiene por delante a todo un ejército de aspirantes con nombres importantes como Tome Hoge (-13), Will Zalatoris (-12), Francesco Molinari (-10) o Graeme McDowell (-10), entre otros muchos. Pero como de costumbre, conviene no descartarle antes de tiempo, más aún cuando su desventaja, por muchos rivales que tenga por delante, es de apenas seis golpes con dos rondas por jugar. Por algo es el Número 1 del mundo…
