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La anécdota del reloj

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El WGC-Bridgestone Invitational que concluyó el domingo con victoria de Tiger Woods (y ya van 70) nos dejó una anécdota que ilustra con dolorosa claridad la complejidad de este gran deporte…Todos fuimos testigos del duelo que libraron Tiger Woods y Padraig Harrington. Un enfrentamiento muy igualado en el que, llegado el hoyo 16, el irlandés llevaba las de ganar. Pero el 16, el hoyo insignia del Firestone, un par 5 de 667 yardas, lo descabaló todo. Bueno, el 16 y el reloj.

Les pongo en antecedentes. En la ronda final del domingo en el Firestone, el grupo de Tiger y Harrington había recibido un aviso verbal en el hoyo 6 por llevar retraso en su partido. En el hoyo 11 llevaban un retraso de 13 minutos. Cuando llegaron al decisivo 16, el retraso era de 17 minutos y John Paramor, jefe de árbitros del circuito europeo, les dijo que iban retrasados y les avisó de que empezaría a cronometrar sus hoyos. Aunque rara vez se penaliza a un partido por lentitud, una segunda advertencia les habría supuesto un golpe de penalización y una multa de 5.000 dólares. Es decir, que en el determinante hoyo 16, el árbitro tensó aún más la situación.

Ese hoyo fue decisivo porque ambos jugadores se fueron al rough desde el tee y ambos tuvieron que jugar un golpe corto a calle para recuperar, si bien el de Harrington resultó defectuoso. La presión sobre el irlandés aumentó aun más cuando Tiger dio un golpe que Harrington calificó de «soberbio»: hierro 8 de 178 yardas que dejó a centímetros del hoyo. Ya fuera el golpe de Tiger, las prisas o la mala colocación de la bola, lo cierto es que Padraig se pasó del green con el tercero, echó su cuarto golpe de pitch al agua, tuvo que apuntarse un golpe de penalización, regresó a la calle para dar el sexto y luego necesitó de dos putts para acabarlo. Un ocho mortal.

¿Qué efecto tuvo esta advertencia arbitral sobre el desenlace del torneo? Cualquier respuesta sería especulativa. Lo cierto es que el más afectado, Padraig Harrington, no puso ni un pero a la actuación arbitral. «Hay una serie de reglas y los jugadores hacen las reglas y hay que aplicarlas», repitió Harrington una y otra vez cuando le insinuaban que la decisión de los jueces podría haberle perjudicado. «Si le exiges a un jugador que va dos o tres grupos por delante que se ajuste al tiempo, no sería justo que nos dieran más tiempo a los líderes. Así es como debe ser».

Fue precisamente Tiger, el ganador, el que más crítico se mostró con el árbitro, e incluso llegó a decir que John Paramor se había «entrometido» en el duelo que llevaban. «No creo que Paddy hubiera jugado ese pitch como lo hizo si se hubiera podido tomar su tiempo, mirarlo y analizarlo, pero le estaban cronometrando y tuvo que jugarla rápido… y la echó al agua», explicó Tiger.

Por su parte, Paramor señaló: «Podíamos haber empezado a cronometrarles en el 13, pero lo dejamos porque había problemas de tiempo en el green del 16 con el grupo de J.B. Holmes». Holmes sí se tomó 20 minutos para jugar el par 5, donde hizo doble bogey.

Harrington le echaba la culpa a su falta de capacidad de reacción: «La clave está en que hay que reaccionar mejor cuando pasan cosas así. Lo que pasó es que me encontré fuera 20de posición. Y estar fuera de posición cuando te están cronometrando es difícil. Cuando estás en posición, tienes tiempo de sobra para dar el golpe, el tiempo no es problema. Pero me metí en un lío al quedarme fuera de posición con la salida del tee, con el segundo golpe y con el tercero».

Tiger elogiaba la actitud de Harrington: «Le he visto no pasar cortes y quedarse todo el fin de semana practicando y preparándose para la semana siguiente. Admiro a tipos como estos, porque es así como se hacen mejores. Te lo tienes que ganar. Y creo que Paddy es un gran ejemplo de alguien que se lo ha ganado día a día».