– Joaquín Niemann entregó una tarjeta de 62 golpes en la primera ronda del Sony Open. Esto, unido a lo que ocurrió en el Sentry Tournament of Champions de la semana pasada, se traduce en un parcial astronómico de -33 en Hawái en cinco rondas, con un balance de 39 birdies/eagles en los 90 hoyos disputados. Aloha, Joaco. Majo.
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– La derrota en el desempate en el Sentry frente a Harris English no fue un trago fácil de superar para el chileno. Asegura que le afectó, no tanto por el hecho de perder el torneo como por no haber podido hacer birdie en el hoyo 18 del Plantation course en las dos ocasiones que lo jugó (hoyo 72 del torneo y el primero del playoff). Era un enemigo asequible y Niemann lo dejó con vida tras fallar sendos putts asumibles, sobre todo el primero de metro y medio.
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– Su cabeza estuvo dando vueltas un buen rato tras el playoff. Más o menos como una lavadora vieja. Le dolió y se flageló. Fue una charla con Sergio García lo primero que le puso la cabeza en su sitio, al menos logró que dejara de dar vueltas sin rumbo. Un discurso sanador. El de Borriol le dijo: «Joaco, yo he jugado muchos desempates en mi vida, algunos los he ganado y otros los he perdido. Es golf. Tienes que quedarte con lo positivo, que ha sido mucho. Sólo dos jugadores han llegado al desempate de todos los que empezaron a jugar y eso significa que ha sido mejor a todos ellos menos a uno. Quédate con eso», confesaba Niemann ayer tras entregar la tarjeta. Y añadió: «me ayudó mucho a coger lo positivo y olvidar lo negativo. Fue muy bueno. Después lo completé con una hora de trabajo con mi coach y mi psicológo y he conseguido salir completamente limpio y positivo a esta primera ronda», apuntó.
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– El Covid-19 y la ausencia de público ha provocado un cambio muy significativo en la configuración del Waialae Country Club. Concretamente, de su hoyo 18. En situación normal, a la izquierda del green del hoyo 18 hay una grada muy grande que lo separa del hoyo 10. Como no hay público, no hay grada y los oficiales del PGA Tour detectaron en las rondas de prácticas que muchos jugadores tiraban de salida directamente a la calle del 10. Desde ahí, ya sin grada, tenían un golpe diáfano a green de menos de 90 metros. Para evitar esta maniobra, el miércoles se colocó ahí una fuera de límites y se aviso a los jugadores. O Rory Sabbatini no se enteró o pegó un golpe muy malo. Fue el único que se ‘comió’ esa estaca blanca.
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– Aaron Baddeley arrancó ayer con una ronda de 64 golpes, un resultado que le ha permitido soltar un profundo bufido de alivio. El australiano llevaba 14 cortes fallados en los últimos 16 torneos. Andaba bastante desesperado, ya que además no podía ver a su entrenador, Brad Malone, confinado en Londres desde que arrancó la pandemia. Buscando soluciones decidió un buen día subirse al coche en su casa de Scottsdale y conducir durante tres horas para presentarse en la oficina de Butch Harmon. En dos horas de clase consiguió orientar de nuevo el swing de Baddeley. «Tiene la habilidad de decirte cosas muy simples con las que consigues mejorar mucho», explica el golfista. Se pueden imaginar las ganas que tenemos todos de ver en acción de nuevo a Jordan Spieth tras haberse puesto también en manos de Harmon…
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