El Farmers Insurance Open de Torrey Pines calienta motores con todas las miradas puestas en Tiger Woods. El torneo de San Diego será el primero para el californiano en 2020. Una cita a la que llega con energías renovadas después de un intensísimo final de año que incluyó dos momentos señalados en su carrera: la victoria número 82 en el PGA Tour, igualando a Sam Snead, y el triunfo en la Presidents Cup, en Melbourne, ejerciendo como capitán del equipo estadounidense.
Para llegar ‘limpio’ tanto física como mentalmente a esta primera cita de enero para él, Tiger ha aplicado una receta que suele funcionar: el descanso. «No he tocado ni un palo, los guardé. El único día que jugué al golf desde la Presidents hasta Año Nuevo fue el de mi cumpleaños, necesitaba desconectar. Estaba un poco frito en todos los aspectos, físico, mental y emocional, y sólo quería que acabara el año», reconoce.
Jon Rahm y Tiger Woods jugarán juntos en el Farmers Insurance Open
«Jugué en mi cumpleaños con mi hijo y lo pasamos muy bien. Muy similar a lo que solía hacer con mi padre en todos y cada uno de mis cumpleaños cuando mi él todavía estaba vivo», añade Tiger. Ahora, después de algunas semanas de entrenamiento, está listo para volver a jugar. Algo que hará desde mañana en un campo muy especial para él, donde logró grandes victorias en el pasado y en el que jugaba desde que era un crío.
«Estoy deseando que llegue el torneo. Siempre me ha gustado venir aquí a jugar, tanto en el golf junior como a nivel profesional. Mi padre me traía cuando estaba el viejo Andy Williams, así que estoy ansioso por salir a jugar esta semana», asegura Woods, que compartirá las dos primeras rondas del torneo con el español Jon Rahm y el rookie Collin Morikawa.
