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La Super League pone en duda la legalidad del veto del PGA Tour

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Greg Norman
Greg Norman. © Golffile

Este martes, en una reunión de jugadores en la previa del Honda Classic, el comisionado del PGA Tour, Jay Monahan, se refirió a la posibilidad de que algún jugador aún estuviera considerando dar el salto a la Super League respaldada por Arabia Saudita. «Dejó claro desde el principio que si alguien iba a irse, ahora era el momento de salir por la puerta», desveló un jugador a Golf Channel.

Según varias fuentes, el comisionado evitó hablar de una «prohibición de por vida», que hasta la fecha había sido la amenaza para quienes coqueteaban con esta nueva competición. Y lo cierto es que puede haber motivos legales para que la gira no quiera abordar este castigo…

En un memorando enviado a jugadores y agentes el pasado viernes por Greg Norman, director ejecutivo de LIV Golf, el fondo de inversión que está detrás de la Super League, se cuestionó la capacidad del PGA Tour para prohibir a los jugadores elegir dónde jugar en cada momento.

«Desde nuestro punto de vista y ante los ojos de la ley, las amenazas del PGA Tour son totalmente inadmisibles bajo las normativas de competencia legal y varias más», escribió Norman. Junto a su escrito, había un archivo adjunto con siete «viñetas» que explicaban por qué el circuito se encuentra en un terreno legal inestable si llevan a cabo prohibiciones a algún jugador, si se tienen en cuenta los derechos de los profesionales como contratistas independientes y con una colección de leyes antimonopolio en la mano.

«Prohibir permanentemente la participación en torneos profesionales del PGA Tour a jugadores con contrato para jugar violaría el propósito sin ánimo de lucro y sometería al PGA Tour a una posible responsabilidad o acción gubernamental, que podría provocar que perdiera su condición de organización sin ánimo de lucro por no operar, de acuerdo con su propósito exento», aseguraba una de las viñetas.

Bajo las reglas del circuito, el comisionado tiene autoridad para sancionar a los jugadores por «conducta impropia de un profesional», como se define la mayor sanción posible, que consta de una multa de más 20.000 dólares, suspensión superior a tres torneos y/o inhabilitación permanente para disputar eventos del PGA Tour. Pero Greg Norman y el equipo legal de LIV Golf lo argumentan de una manera diferente.

«Ninguno de nosotros debería tolerar estos atroces actos de intimidación por parte del PGA Tour«, escribió Norman. El memorando también repasa los esfuerzos realizados por LIV Golf para intentar crear la Super League en colaboración con el circuito estadounidense.

«Es elección del PGA Tour, y no nuestra, negarse a entablar un diálogo constructivo para mejorar el juego para todas las partes involucradas, en especial los jugadores. Continuaremos con nuestros esfuerzos para coexistir respetuosamente», añadía el memorando. Y aunque un portavoz del PGA Tour se negó a valorar este escrito, el martes el comentario a los jugadores fue que el circuito confía plenamente en su postura legal.