Sergio García ha atendido a los medios de comunicación después de la segunda ronda del Sanderson Farms Championship. El golfista de Castellón ha explicado que se siente muy cómodo con su juego y feliz de verse arriba de nuevo en un torneo, aunque todavía queden 36 hoyos. Le han preguntado por su imagen pateando con los ojos cerrados y ha aclarado que lleva mucho tiempo haciéndolo. Aquí tienen sus declaraciones completas…
Hacía mucho tiempo que Sergio no se iba al hotel tan satisfecho
No es ninguna novedad patear con los ojos cerrados… «Llevo pateando con los ojos cerrados hace casi cuatro años. No diría que lo he hecho siempre, pero sí muchas veces. En Augusta National, cuando gané el Masters en 2017, cerré los ojos antes de patear en todos y cada uno de los putts que tiré. Y lo he hecho en otras victorias que he conseguido después».
Las razones que le llevaron a hacerlo y lo que busca… «Empecé a hacerlo en prácticas y la sensación fue muy buena. Me ayuda a sentir más libertad a la hora de patear y centrarme sobre todo en el toque de bola y no tanto en dónde va a ir, el hoyo, seguir la bola con la mirada… Es una manera de dejar que aparezca más mi habilidad natural para patear y no estar pensando en lo que tengo que hacer para que el putt sea bueno. Me encantaría patear con los ojos abiertos, pero haciéndolo así mi golpeo es más consistente y me olvido más del resto. He intentado patear con los ojos abiertos varias veces, por ejemplo en el US Open, pero está claro que no funciona bien. El objetivo es estar cómodo, como cuando Jordan Spieth miraba directo al hoyo. Sentir. Se trata de conseguir que el golpeo de bola sea muy suave y estos greenes que están muy rápidos, sin duda, ayudan. Cuando el green está más lento hay que hacer más swing y se complica este método. He tirado muy buenos putts y la sensación ha sido muy positiva. Hay que seguir trabajando, creyendo y confiando. Sé que estoy en el camino correcto».
Las cámaras ‘cazan’ a García pateando con los ojos cerrados (VÍDEO)
Continuidad al método de trabajo… «Le hablé con Angela, mi mujer, y los dos decidimos que tengo que agarrarme a algo y seguir esa línea, no andar dando bandazos. Estoy en un momento de mi carrera en el que no puede tener un buen ritmo si estoy cambiando todo el tiempo».
Los que piensan que cierra los ojos por desesperación… «Me da igual si la gente piensa que patear con los ojos cerrados en un gesto de desesperación. Los que opinan eso no están jugando. Al que no le guste es su problema. Sólo busco estar cómodo yo. Todos tenemos una opinión sobre todo, pero al final debes hacer lo que tú sientes que es correcto».
No lo hace siempre… «Lo hago y dejo de hacerlo de manera indistinta. Diría que en los últimos cuatro años he pateado con los ojos cerrados un 75 por ciento de los días. Dejo de hacerlo cuando ya creo que lo tengo bajo control y vuelvo cuando veo que no funciona de manera correcta con los ojos abiertos».
Un hierrazo 3 de 230 yardas para saldar alguna que otra cuenta
¿Lo recomendaría a los jugadores amateurs? «Por qué no. Que lo prueben. Es algo estupendo. Si ellos ven que no están pateando bien, igual les ayuda. Lo importante es si les sirve a ellos. Si están cómodos, que lo pueben. Todos los jugadores somos diferentes y hay que hacer aquello con lo que cada uno esté cómodo».
Feliz por su posición en el torneo… «La idea es hacer lo mismo el fin de semana, confiar en mí mismo, en mi juego, mis posibilidades, creer en lo que hago. Si sigo pegando igual que hoy a la bola sé que me voy a dejar muchas opciones. La clave para mí en estos meses que quedan para acabar el año, hasta Augusta, es ir construyendo poco a poco la confianza. Siento que lo tengo ahí, que estoy muy cerca. Tengo que seguir haciendo lo mismo y confiar en ello».
Los dos putts que más le han gustado hoy… «El putt que más confianza me ha dado ha sido el del hoyo 10 de par. Tenía casi tres metros y me ha ayudado mucho. También ha sido muy bueno el del 11, claro. Quizá en los que he estado más cómodo han sido en los del 5 de birdie y en el 9 para acabar. Han sido dos putts muy buenos».
