Cuando Jon Rahm levantó la vista en plena calle del 18 de Torrey Pines y miró al green, la lógica y las estadísticas decían que era prácticamente imposible que lograra el eagle que necesitaba para forzar el desempate con Marc Leishman en el Farmers Insurance Open de San Diego.
El golfista de Barrika estaba a 234 yardas de la bandera, protegida por un obstáculo de agua. De 225 a 250 yardas de distancia, el golpe promedio en el PGA Tour termina a más de 15 metros de distancia del hoyo. Y para colmo, sólo tres jugadores habían hecho eagle allí en todo el día.
Sin embargo, Rahm en ese momento estaba muy por encima de lo que dijeran las estadísticas. El español está siendo un auténtico ciclón de juego desde el pasado verano, luchando por la victoria en casi todos los torneos en los que participa. Y venía además de hacer birdies en el 16 y 17, por lo que soñar con el eagle no era una utopía. Finalmente no lo logró y Leishman se llevó su quinto triunfo en el circuito.
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Pero para Rahm, el segundo puesto en solitario se convirtió en el décimo torneo de los 15 últimos que ha disputado por todo el mundo que logra terminar en el top 5. Un ‘sprint’ que le convierte en indiscutible favorito esta semana en el Waste Management Phoenix Open de Arizona, en un campo que conoce al detalle tras su paso por la Universidad de Arizona State y a pocos kilómetros de su lugar de residencia habitual.
Desde el US Open del pasado verano Rahm cuenta con un promedio de 68,4 golpes por ronda, con un resultado combinado total de 171 bajo par. Tremendo. La distancia entre Jon y el Número 1 en el ranking mundial se ha reducido drásticamente en estos seis últimos meses. Y al mismo tiempo, su rendimiento de tee a green y con el putter ha mejorado.
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Rahm ha jugado 12 torneos desde el US Open de 2019 en los que se ha medido la estadística de golpes ganados. En ese margen de tiempo, su media de golpes ganados de tee a green y con el putter la han situado entre los mejores, y en seis de esos torneos logró clasificarse en el top 10. Se trata sin duda de un salto enorme en sólo dos años, cuando Rahm estaba más allá del puesto 100 en golpes ganados por ronda en el PGA Tour.
La semana pasada, en San Diego, sólo Leishman logró batirle en los greenes del campo sur de Torrey Pines. Algo que Jon intentará evitar esta semana en el TPC Scottsdale para adjudicarse su primera victoria de 2020 en el PGA Tour que le catapultaría al Número 1 del ranking mundial.
