Patrick Rodgers está metido en la pelea por ganar el Butterfield Bermuda Championship. Después de 36 hoyos marcha segundo a un golpe del liderato que ocupa el canadiense Taylor Pendrith. Rodgers, que ganó un trofeo Ben Hogan como amateur y fue Número Uno del mundo, no estaría en Bermuda de no ser por Tyson Alexander.
La historia la ha compartido Brian Nichol, caddie del PGA Tour que, casualmente, iba en el partido de Rodgers el último día del último torneo de las series finales del Korn Ferry Tour hace poco más de un mes. Patrick había perdido la tarjeta del PGA Tour al acabar por debajo de los 125 primeros en la FedEx Cup y estaba jugando las series finales del KFT para intentar recuperar sus derechos de juego.
A falta de cuatro hoyos para acabar el torneo, Rodgers estaba en plena batalla por recuperar la tarjeta. Fue entonces cuando ejecutó una mala salida. Falló el tiro desde el tee en el 15 y la bola terminó hundida en el rough profundo. Sus compañeros de partido eran conscientes de lo que se estaba jugando Rodgers y todos se afanaron por encontrar una bola que no se veía a simple vista. Finalmente, Tyson Alexander gritó «eureka». Encontró la bola de Rodgers. Habían pasado dos minutos y 58 segundos desde que empezaron a buscarla, le confesó el árbitro. Como ya saben, el tiempo máximo de búsqueda son tres minutos. De haber consumido ese tiempo, la bola se habría declarado perdida y Rodgers tendría que haber vuelto al tee para pegar su tercer golpe.
Dos segundos le dieron la vida a Rodgers. Después de aquel suceso en el hoyo 15 logró un gran birdie en el hoyo 17 y terminó en el puesto 23 del Korn Ferry Tour de los 25 que recuperaban la tarjeta. Es decir, de no ser por Alexander y esos dos segundos, Rodgers no estaría hoy en Bermuda, o al menos tendría que haber esperado a una invitación. Ahora, está a 36 hoyos de ganar el torneo, asegurar su tarjeta en el PGA Tour para dos años y clasificarse para el Masters de Augusta. La delgada línea del deporte profesional. Dos segundos.
