Jon Rahm logró en el Waste Management Phoenix Open de Arizona su tercer top 10 en los tres torneos del PGA Tour que ha disputado en lo que va de año. Un resultado que para cualquier jugador sería fantástico, pero que el golfista de Barrika, con su carácter ambicioso y sus ganas de ganar, considera insuficiente. En especial en este evento, que se juega a cinco minutos de su casa y donde le hacía especial ilusión pelear por la victoria hasta el final.
Ayer, tras un mal comienzo de ronda, logró recuperarse en los segundos nueve del TPC Scottsdale para entregar una nueva tarjeta bajo par, de 70 golpes, y finalizar en la 9ª posición empatado. Pero sus breves declaraciones tras el torneo reflejan fielmente lo que ha sido esta semana para él en el Stadium Course, repleta de frustración por sus malos resultados, en especial con el putter.
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«Voy a decir lo mismo que he dicho todos estos días: genial de tee a green, pero no podría hacer un putt para ‘salvar la vida’. Tan sencillo como eso, sinceramente. Es dificíl de entender. No sé si fue un error de lectura o fallos del putter, pero la frustración terminó trasladándose al resto de aspectos del juego y no me permitió golpear la bola tan bien como los últimos días», reconoció.
«Aun así, tuve opción de recuperarme en los segundos nueve hoyos y me di bastantes oportunidades. Pero bueno, es triste, o mejor dicho, es frustrante cuando ves que muchos tiros pueden entrar y finalmente no lo hacen. Pero así es el golf. Con suerte, he podido colarme en otro top 10, que aunque obviamente no es mi prioridad, es bueno para mantener la racha», finalizó.
