Alex Villanueva, alguacil del condado de Los Ángeles, desveló este miércoles que el departamento que dirige ya ha podido conocer las causas que provocaron el accidente de tráfico de Tiger Woods el pasado mes de febrero y que la investigación ha finalizado, pero que no puede hacer público el informe ya que para ello necesita el permiso del propio Tiger.
Al parecer, las leyes de tráfico de California restringen el acceso a los informes completos de los accidentes exclusivamente a las partes involucradas en los mismos. Y Woods, que sufrió múltiples fracturas en su parte derecho y que desde el pasado 16 de marzo se recupera en su domicilio, no habría autorizado por el momento la publicación completa del resultado de la investigación.
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Villanueva señaló también que, tras las pesquisas de los agentes, el accidente de tráfico del golfista californiano se sigue considerando sólo como un «accidente», pese a la evidencia de que Tiger no frenó ni giró el volante de su coche, atravesando la mediana de la carretera y los carriles en sentido contrario, después de golpear con un bordillo, antes de dar varias vueltas de campana.
«Existen los accidentes y los actos deliberados», dijo Villanueva. «Es un accidente, está bien. Nos pusimos en contacto con Tiger Woods para poder publicar el informe completo, pero nada ha cambiado respecto a lo que sabíamos y lo que descubrimos durante la investigación. Y todo lo que hicimos resultó ser lo correcto», insistió.
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La respuesta del alguacil este miércoles fue diferente de lo que había anunciado anteriormente, cuando aseguró que tendrían «todo el asunto publicado» y harían «una conferencia competa para resolver todas las preguntas». Según USA Today, varios expertos forenses en reconstrucción de accidentes de tráfico difieren de Villanueva cuando califica como «accidentes» todos los percances que no son «deliberados».
Estos mismos expertos señalan que, según las evidencias, todo apuntaría a que Woods no estaba consciente cuando se salió de su carril, siguió en línea recta en lugar de tomar la curva a la derecha de la carretera por la que viajaba, y terminó estrellándose tras golpear un cartel de madera y un árbol. Jonathan Cherney, experto en reconstrucción de accidentes, indicó también a USA Today Sports que era como «el clásico caso de quedarse dormido al volante».
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Villanueva confirmó que no encontraron marcas de derrape en la carretera. El SUV de la marca Genesis que conducía Tiger siguió recto varios centros de metros y el propio golfista confesó a los ayudantes del alguacil cuando lo rescataron que no recordaba cómo había sido el accidente y ni siquiera se acordaba de haber conducido ese día.
Respecto a la caja negra de la que dispone el modelo de vehículo que conducía el Tigre en el momento del accidente, el alguacil del condado de Los Ángeles señaló que habían «aprendido algunas cosas, algo que es importante», pero tampoco dio detalles. Y aunque aseguró que no había signos «obvios» de deterioro por parte de Woods en la escena del accidente, sí dejó caer que necesitaban «más expertos en reconocimiento de medicamentos».
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Woods no fue evaluado en ese aspecto el día del accidente y tampoco se analizó su sangre ya que los agentes determinaron entonces que estaba lúcido y no era necesario. En los dos percances automovilísticos anteriores de Tiger fue encontrado inconsciente: en 2009, cuando fue encontrado después de chocarse contra una boca de incendios y un árbol en las afueras de su mansión en Florida, accidente en el que el informe policial señaló que le habían recetado un medicamento para dormir y un analgésico; y en 2017, cuando la policía de Florida lo encontró dormido al volante, fue arrestado ante la sospecha de que conducía ebrio, pero más tarde el informe de toxicología encontró varios medicamentos en su cuerpo, como Ambien y Vicodin, los mismos que tomó en su primer percance, además de THC.
Después de aquel incidente, Tiger pasó por una clínica para recibir ayuda respecto a los medicamentos contra el dolor y el trastorno del sueño. Fue capaz de recuperarse por completo y, tras una última cirugía en su espalda, regresó al estrellato en el mundo del golf ganando su torneo 82º en el PGA Tour y el Masters de Augusta.
