Sólo trece jugadores consiguieron bajar del par en el JW Marriott TPC San Antonio durante la primera jornada del Valero Texas Open. Todos ellos habían salido a jugar en el turno de tarde…
¿La razón? Muy sencilla. Por la mañana el viento sopló a lo bestia, para decirlo claro, con rachas que rondaron los sesenta kilómetros por hora. Además, otros diez jugadores entregaron tarjetas de PAR y sólo dos de ellos habían salido a jugar en el turno matutino: Matt Kuchar y Cameron Percy. Ellos fueron en realidad los grandes héroes del día. Al australiano Percy le ayudó mucho en su gesta el eagle que obtenía en el hoyo 17, un par 4 corto con el viento a favor.
El líder es Charley Hoffman (-5) y tampoco hay que restarle un ápice de mérito, pues la tarde tampoco fue una balsa de aceite, aunque la intensidad del pequeño huracán fuera inferior. A un golpe se sitúa Aaron Baddeley, otro australiano (siempre parecen brillar en los campos de Texas), que protagonizaba la jugada imposible de la ronda, la semana y, probablemente, del año. En el 17, el par 4 corto donde Piercy había hecho su eagle unas horas antes, mandaba su salida al limbo de las bolas perdidas. Tuvo que volver a jugar su tercer tiro de nuevo desde el tee y esta vez embocaba directamente desde 336 yardas, algo más de trescientos metros. Una carambola absolutamente increíble.
Entre los trece jugadores que ganaron al campo ya se sitúa el trío de tejanos que aparecen arriba en las apuestas: Ryan Palmer (-2), Jordan Spieth (-1) y Jimmy Walker (-1). Mientras tanto, Gonzalo Fernández Castaño (+8), aunque jugó en el turno de tarde, terminaba sucumbiendo a las dificultades que planteaba una jornada muy dura, quedándose de momento a tres golpes de la línea que marca ahora mismo el corte.
