Bryson DeChambeau perdió casi cinco kilos y tuvo algunos «ataques de tos» durante los días en que estuvo infectado por el covid-19, un positivo que le dejó fuera del equipo estadounidense para los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero ahora, una vez superada la enfermedad y listo para regresar a la acción, no ve necesidad de vacunarse contra el coronavirus y deja claros sus motivos.
«La cuestión es que la vacuna no evita necesariamente que te contagies», dijo Bryson a Golf Channel este miércoles después de su ronda de prácticas en el WGC-FedEx St. Jude Invitational. «Ahí es donde pienso que soy lo suficientemente joven y prefiero que la vacuna vaya para personas que la necesitan de verdad, yo no la necesito. Como digo, soy joven y continuaré siendo saludable y trabajando en ello. Así que no creo que sea bueno ‘quitarle’ una vacuna a alguien que podría necesitarla», añadió.
Para el golfista californiano, su positivo del 23 de julio, que le impidió participar en la cita olímpica en Japón siendo reemplazado por Patrick Reed (empatado al final en el puesto 22º a ocho golpes de Xander Schauffele, medalla de oro), no fue un impacto emocional importante. «No sentí nada» a nivel emocional por perderse los Juegos porque «no los estaba jugando». «No importaba. Está claro que fue triste cuando supe que había dado positivo, pero después de eso mi cerebro cambió de lugar, ya no estaba en los Juegos, es lo que hay», insistió.
DeChambeau, además, desveló que no espera mucho de esta semana en Memphis después de unos meses complicados. Fue 33º empatado en el Open, su última aparición, y no consigue un top 10 en la gira desde el Wells Fargo Championship, a principios de mayo. «No tengo grandes expectativas. Sólo intento salir de aquí y sentirme bien de nuevo, hacer mi swing de una forma en la que me sienta cómodo. Quizás unas expectativas más bajas me ayuden a jugar bien esta semana», finalizó.
