Se puede decir más alto, pero no más claro. Jon Rahm está completamente en contra del uso de medidores de distancia la próxima semana en el PGA Championship. El golfista de Barrika es partidario de un golf más puro, más artístico. Así lo ha manifestado este miércoles en su comparecencia con los medios comunicación antes de comenzar el AT&T Byron Nelson.
«El uso de láser me parece la mayor tontería que se ha podido hacer en un torneo de golf, y mucho más en un Grande. Yo soy partidario de un golf lo más puro posible. No estoy de acuerdo con eliminar esa parte más humana, más artística. Para eso tenemos los libros y el caddie», sentenció el jugador vasco.
Sin duda, será uno de los temas estrella la próxima semana en Kiawah Island, ya que la PGA de América ha autorizado el uso de estos dispositivos electrónicos por primera vez en una competición oficial de carácter profesional. «Es cierto que es un campo con muchas dunas y es posible que si fallas la calle por mucho y estás muy fuera de posición, el láser ayude a aligerar más el juego, pero creo que no merece la pena con lo que se pierde», señaló.
Precisamente, respecto a la preparación del PGA Championship, Jon ha decidido prepararlo con una hoja de ruta bastante novedosa en su carrera. Es la segunda vez que disputará un Grande habiendo jugado las dos semanas anteriores. De hecho, sólo en tres ocasiones ha jugado la semana previa.
La única vez que jugó las dos semanas anteriores fue con motivo del Masters de Augusta de 2017, su primer Masters. Disputó antes el WGC Match Play, torneo en el que llegó a la final contra Dustin Johnson, y el Shell Houston Open, que acabó en décima posición. Precisamente, después de aquel Masters comentó que había llegado muy cansado al fin de semana por todo lo que había jugado antes y desde entonces, sólo ha jugado la semana previa de un Grande en dos ocasiones: PGA de 2017 y 2018. En ambos fue por un motivo bastante lógico, ya que el torneo previo era el el WGC FedEx St Jude.
«He pensado que necesito algo más de competición antes del PGA Championship. No jugamos mucho a finales del año pasado y este año tampoco llevamos tantos torneos encima. Después del Zurich Classic estuve ocho días sin tocar un palo de golf y lo noté en la primera ronda del Wells Fargo Championship. No es una buena idea estar tanto tiempo sin jugar antes de enfrentarse a un campo tan exigente. La segunda vuelta sí fue buena, estoy contento con mi juego, pero creo que me veían bien competir más antes del PGA. A ver cómo sale, quién sabe, igual es lo que necesito…», señaló con una sonrisa.