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«No me perdería el nacimiento de mi hijo ni en un millón de años»

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Jon Rahm, en el Phoenix Open de 2020 © Golffile | Phil Inglis
Jon Rahm, en el Phoenix Open de 2020 © Golffile | Phil Inglis

Jon Rahm vuelve a ‘casa’. El golfista de Barrika disputa esta semana el Waste Management Phoenix Open, en Arizona, junto a la universidad en la que se formó y a poco más de cinco minutos de la casa en la que reside. Un torneo que sueña con ganar y que, como ha confirmado en la sala de prensa del TPC Scottsdale, afronta con la confianza de sentirse cada vez más cómodo con su nuevo material de Callaway.

¿Qué significa este evento para ti?

«Bueno, en primer lugar, es un torneo en casa. Dormir en mi propia cama… es agradable. El viaje ha sido corto, viniendo de San Diego. Y aquí tengo muchos y muy buenos recuerdos. Mi primer corte superado en el PGA Tour fue aquí, tuve un gran resultado como amateur y siempre he sentido las buenas vibraciones de Sun Devil y la familiaridad con todo. Amo este evento y amo a los aficionados. Me alegra que podamos tener al menos a 5.000 cada día. Hay una gran diferencia. Incluso hoy ha sido genial ver las caras sonrientes de los niños, de los fans. Fue genial salir a jugar. Estoy deseando que llegue el torneo. He jugado muy buenas rondas aquí, ojalá pueda tener una buena semana y lograr mi primera victoria en este torneo».

Todo el mundo habla del hoyo 16… ¿pero qué le parece el 17 en términos de riesgo – recompensa?

«Bueno, ya sabes, en ese hoyo depende de la posición de la bola y de las condiciones del día. Si el campo está firme o no, si el viento está a favor o en contra… Creo que la mayoría, o al menos es mi caso, intentamos que la bola aterrice en la parte plana entre el búnker que está a 40 tardas de distancia y cerca del green. Ahí es donde normalmente podemos tener el rebote más fiable para llegar al centro de green. Pero también depende de la bandera que tengas. Si está a la derecha, no puedes fallar porque luego es difícil… Si está a la izquierda, puedes tirar hacia la derecha tanto como quieras y ese chip no es complicado. Luego está también esa famosa bandera trasera en la que simplemente tienes que pegar un buen golpe y chipear bien porque será difícil en cualquier caso. Si las condiciones te permiten buscar el green, pues adelante».

Después de tres séptimos puestos consecutivos, ¿cómo está su juego?

«A ver, el juego está bien. Uno de esos tres séptimos puestos fue con palos diferentes, así que hay que poner un asterisco ahí. Y además hay una gran diferencia entre el de Kapalua y el de Torrey Pines. La semana pasada tuve una posibilidad real de ganar. Comencé bien el domingo, pero el putter se ‘enfrió’. No gané golpes en los segundos nueve. Pero el juego está ahí. Tengo la sensación de que me estoy acostumbrando a los nuevos palos y a la bola. Todavía estamos probando muchas cosas para asegurarnos de que estén perfectamente configuradas. Cuando cambias de palos y de marca, tienes que acostumbrarte a los detalles para encontrar la opción ideal. Todavía estoy tratando de encontrar el punto, pero estoy contento con el lugar en el que estoy. Incluso con palos nuevos he tenido un buen juego, con varios top 10 y poniéndome en la pelea. Ese es el objetivo de nuevo esta semana. Con suerte, este es el momento en que las cosas comiencen a encajar y pueda ser campeón el domingo».

Con tu mujer embarazada, ¿cómo afectará a tu calendario previsto en la gira?

«Bueno, de momento voy a mantener el plan que tenía hasta el Masters. Sabemos que la segunda semana de marzo será la semana 36 y como me ha dicho mi madre, que es matrona, a partir de esa semana puede nacer cualquier día. Así que eso es lo que haré. Lo hemos hablado ya. No importa dónde esté ni qué esté haciendo, si suena el teléfono, volaré de regreso para estar presente en el nacimiento de mi hijo. Y sí, antes de que alguien me pregunte, si estoy en Augusta jugando bien y ella comienza a tener… ya sabes, volaré de regreso. Nunca me perdería el nacimiento de mi primogénito ni en un millón de años. No sé cómo lo haré porque en Augusta no podemos tener encendidos los móviles. Igual tengo que pedir una excepción en ese sentido. Pero bueno, así serán mis meses de marzo y abril».

Las apuestas deportivas cada vez son más comunes y algunos estados las están legalizando. ¿Qué opina respecto a las que afectan al PGA Tour?

«Pues, sinceramente, no tengo ni idea. Nunca he apostado en un juego de deportes en toda mi vida, así que no tengo ni idea, no sé nada en absoluto».

¿No hay comentarios en el vestuario sobre las apuestas sobre sus resultados o cómo podrían afectarles?

«A ver, yo lo que digo es que si alguien apuesta 20 dólares a si yo meto o no un putt, no afectará en nada a lo que yo haga. Los jugadores estamos pendientes de otras cosas. No pensamos en eso. Supongo que eso pasa desde que uno es profesional. Muchas veces escuchas a los fans y seguro que apuestan entre ellos. Es parte de la cultura. Pero yo no crecí apostando en los deportes. Sé que este tema está aumentando en España y en Europa, y ya es importante aquí, es parte del entretenimiento. Pero no sé mucho al respecto, no tengo problemas con eso, cada uno que haga lo que quiera para disfrutar del día».

Después del pro-am, ¿qué cree que será diferente este año en el torneo?

«Bueno, uno se hace una idea, pero de no tener a nadie durante tanto tiempo en los campos de golf a tener a 5.000 personas cada día parece mucho. Se podrá sentir su presencia, ya se siente. Quieren ser parte de esto porque también se lo han perdido durante todo este tiempo. Es bueno ver su entusiasmo. Será diferente en los últimos hoyos, en el 16 por ejemplo con el anfiteatro, el 17 y el 18… Una de las cosas que he hablado con muchos profesionales es que cuando no tienes esas tribunas al lado de los greenes con la gente, a veces los greenes parecen más pequeños o ves cosas que antes no veías. Sólo el aspecto del campo en sí ya es diferente. En el 18 no sabía que quedaba césped tras el búnker porque normalmente había gradas y gente. La vista es diferente. Pero la sensación es la misma. Habrá menos atmósfera, pero seguro que seguirá siendo divertida.

¿Planeas lucir la camiseta de Arizona State en el 16 como el año pasado?

«No lo he pensado. No estaba seguro de si íbamos a tener gente en el 16 ni si habría anfiteatro. En algún momento dio la impresión de que no habría aficionados, así que no he pensado en nada. No tengo nada en mente. Pero bueno, a estas alturas todos saben que soy jugador de ASU y recibo ese apoyo. La usaré de nuevo, pero no he pensado nada este año».

¿Qué es lo más memorable que has escuchado en ese hoyo?

«Oh, de todo, algunas cosas no se pueden ni repetir. Pero extrañamos a la multitud. Hay unos que creo que son de Minnesota que vienen siempre vestidos de vikingo y tienen cánticos para todos, incluso para los caddies, sobre cosas que nos han pasado, hacen su trabajo de investigación. Cosas divertidas de las que se enteran, o empiezan a cantar sobre tu ciudad natal, sobre tu equipo de fútbol. Ojalá el año que viene tengamos aquí a toda la gente a pleno rendimiento».