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Mandó un mensaje a Justin Thomas que minutos después tuvo que corregir

Nicklaus: defensa de una tradición frente al COVID y una metedura de pata

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Jack Nicklaus y Justin Thomas.

Seguro que más de una vez habrán tenido esa desagradable sensación de tierra trágame cuando, adelantándose a los acontecimientos y por el mero hecho de agradar, se han apresurado a felicitar a un compañero por un golpe apenas unos segundos antes de acabar la bola en el agua. Un error de cálculo. La situación incómoda suele acabar entre risas, pero claro, depender de lo que haya en juego el asunto se puede volver algo más turbio.

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Si alguna vez le ha sucedido algo así, puede estar más tranquilo después de leer esta historia. Hasta el más grande de todos los tiempos puede meter la pata. La contó este martes Jack Nicklaus en su habitual comparecencia ante los medios antes del Memorial Tournament. El protagonista es Justin Thomas y el escenario fue el desempate del Workday Charity Open el pasado domingo.

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Nicklaus tenía previsto acudir al desenlace del torneo para poder agasajar al campeón, pero el adelanto de los horarios en las salidas de la última ronda por culpa de la mala previsión del tiempo se lo impidió. Tanto es así que cuando se subió al avión que lo iba a llevar a Muirfield, el desempate entre Justin Thomas y Collin Morikawa estaba empezando. «Lo último que vimos antes de subir al avión fue el putt tremendo de 15 metros que metió Justin Thomas, así que le mandamos un mensaje de felicitación. Le dijimos que menudo putt había conseguido y que enhorabuena por la victoria, a ver si era capaz de ganar dos veces seguidas en Muirfield en referencia al Memorial de esta semana», cuenta Nicklaus.

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El bueno del Oso Dorado había dado por hecho que Morikawa no iba a embocar su putt de respuesta de siete metros y directamente dio la enhorabuena a Thomas. El momento tierra trágame se produjo ya a varios miles de pies de altura. «Cuando ya estábamos volando y nos conectamos al wifi vimos que había ganado Morikawa… Oh, no. ¡Vaya metedura de pata! Volví a escribir rápidamente a Thomas disculpándome. Le dije que me había adelantado demasiado», señaló Nicklaus. Obviamente, todo ha quedado en una anécdota divertida. Thomas respondió al gran Jack diciéndole que no pasaba nada.

La tradición de estrechar la mano del campeón en tiempos de coronavirus

Lo que no parece hacerle tanta gracia a Nicklaus es el asunto de acabar con unas de las tradiciones más emblemáticas del Memorial Tournament por culpa del COVID-19. Ya saben, el ritual se repite cada año. El campeón de 18 Majors espera en el green del hoyo 18 a la resolución del torneo y lo primero que hace después de que el campeón emboque el último putt es estrecharle la mano y felicitarle por la victoria. ¿Sucederá también este año?

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«Desde luego. En cuanto tengamos ganador yo voy a ir como siempre para estrecharle la mano. Creo que es una tradición bonita. Si el jugador no quiere darme la suya, entonces por primera vez en mi vida le chocará el puño o un codo, pero vamos, puede estar tranquilo de que yo no le voy a transmitir el COVID-19 y sé que él a mí tampoco. Si no quiere no habrá saludo de manos, pero yo tengo intención de hacerlo», explicó.