Inicio Grandes Circuitos PGA Tour No habrá un ‘rough’ anti-bombarderos en el US Open de Torrey Pines

No habrá un ‘rough’ anti-bombarderos en el US Open de Torrey Pines

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Torrey Pines Golf Course
Torrey Pines Golf Course

Hace 13 años, el Campo Sur de Torrey Pines fue escenario de uno de los triunfos más memorables en la carrera de Tiger Woods. El californiano logró la victoria en el US Open imponiéndose en la muerte súbita a Rocco Mediate tras un desempate previo a 18 hoyos disputado en lunes. El día antes, el Tigre había forzado esa ronda extra embocando un putt de cuatro metros que forma ya parte de la historia del torneo.

Este año, el US Open regresa al prestigioso recorrido de La Jolla, en California. Y lo hace con John Bodenhamer, de 59 años de edad, como encargado de la configuración del campo por tercera temporada consecutiva. Trabaja para la USGA desde 2011 y la semana pasada, sobre el terreno, durante la disputa del Farmers Insurance Open, desveló para Golfweek algunos detalles importantes de cara al tercer major de 2021.

El más llamativo, la decisión de no contar con un rough más alto más allá de las 300 yardas, como se estaba estudiando, y que penalizaría principalmente a los grandes ‘pegadores’ del circuito. Bombarderos como Bryson DeChambeau, que hacen de su potencia con el driver su principal arma en el juego. La velocidad de los greenes, la posición de las banderas y otros muchos detalles del torneo, sobre la mesa…

¿Por qué la USGA decidió regresar a Torrey Pines?

«La historia es algo que no se puede comprar, sólo puedes ganártela. Torrey Pines la tiene por lo que pasó en 2008. Eso nunca se va a olvidar. Ese fue uno de los torneos más grandes de la historia del golf. Ese putt de Tiger no se borrará nunca de la mente de los aficionados. Nos enorgullece regresar y poder continuar la historia. Además, como sede del US Open, el clima es ideal, en el sur de California, siempre que podamos evitar la niebla».

¿Cuáles son los cambios más importantes que se han realizado en Torrey Pines para la preparación del U.S.Open?

«En realidad, nada especialmente significativo. Si no me falla la memoria, creo que se jugará con 42 yardas más. Tenemos tres tees nuevos, en el 10, que se jugará con 449 yardas en vez de 415; en el 15, que se hará con 510 yardas, 35 más largo; y un tee nuevo en el 17, que no cambia la distancia, pero está montado abajo a la izquierda, cerca del barranco, y es un nuevo ángulo de tiro que nos gusta. El campo es largo, son 7.680 yardas, pero no creo que juguemos tanto ningún día del torneo. Dependiendo del clima y del viento estaremos entre 7.200 y 7.400 yardas, más o menos».

¿Cómo encontró el campo la semana pasada?

«Lo que hizo la ciudad para traer a Rees Jones y su socio Greg Muirhead para renovar y restaurar el campo es magnífico, no sólo para el US Open, sino también para los Farmers y de paso, para mejorar este gran activo de San Diego. La renovación incluía de todo, desde drenaje hasta sistemas de riego y mantenimiento de caminos y senderos. Y en el propio campo de golf, bunkers no sólo alrededor de los greenes sino también en las calles. Necesitaba esta actualización. Introdujeron novedades también en los hoyos 7, 9 y 15. Nos ayudará para lo que queremos hacer en el US Open con el objetivo de que los tiros desde el tee sean más valiosos».

¿Y eso cómo se consigue?

«Con unas calles estrechas. Seguramente similares a las que utiliza el PGA Tour. La diferencia es que entre enero y junio los patrones climáticos son muy diferente, la duración del día, la temperatura, el viento… Habrá mucha más hierba del tipo kikuyu en junio. Se replantaron en el otoño pasado y tomará forma durante la primavera. Será un rough más duro».

¿Qué altura de rough se buscará?

«Con kikuyu, unas cuatro pulgadas es nuestro punto de partida. Es una hierba bastante dura. Podría ser de tres pulgadas o tres y media. Teníamos pensado ir después del US Open del año pasado al Californina State Amateur para ver cómo era el kikuyo en esas fechas, pero no pudimos por la pandemia. Si es tan denso como vimos en primavera, estaremos en ese rango. En Winged Foot, por ejemplo, estábamos entre cuatro pulgadas y media y cinco pulgadas y media. Con kikuyu eso es demasiado».

¿Han pensado en tener un rough más alto desde, por ejemplo, unas 300 yardas?

«No, es muy difícil desde el punto de vista de mantenimiento. Habría que cambiar la altura de la podadora y eso es insostenible para el personal. Agregaría horas y horas a su trabajo. Hemos hablado del tema y podría haber formas de hacerlo robóticamente en el futuro, pero ahora lo que haremos será tener alguna franja de rough. El hoyo 6, por ejemplo, que se jugará como un par 4 de 515 yardas en el US Open, será con un rough gradual. Si no coges calle, habrá una zona de dos pulgadas y media a tres donde puedas usar hierros 5, 6 ó 7 para salir. No queremos que estén todo el tiempo obligados al pitch, queremos que intenten buscar green. Creemos que habrá más birdies, pero también más dobles bogeys. En hoyos como el 2, probablemente no veas ningún rough gradual. Depende de su ancho. En Pebble Beach (2019) cambiamos nuestra filosofía con menos rough gradual para darle más importancia a la precisión con el driver y menos énfasis a la velocidad de los greenes, usando ubicaciones de hoyos adicionales. Es algo que me apasiona. Queremos que el juego se trate de encontrar calles, reducir un poco la velocidad de los greenes y utilizar más las distintas ubicaciones de hoyos».

¿A qué se debe ese cambio de filosofía que incluye frenar la velocidad de los greenes?

«Bueno, en primer lugar, hay que dejar claro que una franja de 12,9 a 13,4 en el Stimpmeter no es un green lento. Pero surgió tras hablar con los jugadores. Dialogamos con muchos de nuestros campeones. Queremos crear algo especial y desafiante y que el jugador que gane sienta que hizo algo especial. Por eso es importante también que la velocidad de los greenes no se nos vaya de las manos, sobre todo con viento. En determinadas ubicaciones de los hoyos, si sopla el viento, puede ser un gran problema. Recuerdo una frase de Geoff Ogilvy cuando ganó en Winged Foot en 2006. Después de hacer una ronda de 67 golpes le preguntaron si había disfrutado jugando, y después de hacer una pausa, dijo: ‘No creo que haya disfrutado o me haya divertido con lo que hice hoy, pero haciendo 67 golpes en un campo del US Open siento que fue algo significativo, algo especial’. Es la esencia de lo que tratamos de lograr. El objetivo es llevar la bola a calle la mayor parte del tiempo y tener así opciones de birdie. Pero si fallas el green, te penalizará. Creemos que lo lograremos utilizando ciertas ubicaciones de la banderas. No quiero llamarlo un US Open a la antigua, pero es lo que será. Es lo que siempre hemos hecho y por lo que nos esforzamos».

¿Qué han estudiado durante la semana del Farmers?

«Algunos hoyos en particular, hablando con la gente del PGA Tour para conocer su opinión sobre la configuración y la opción de nuevos tees en el 10 y el 15. Hemos visto el ancho de la calles, las ubicaciones de las banderas que usan, hemos comparado patrones de viento con los que esperamos en junio… Estamos muy atentos a hoyos como el 6 o el 9, con las zonas alrededor de green, al nuevo tee del 10, al del 17… Y también hemos tenido a Jason Gore hablando con los jugadores para preguntarles por el campo y por su experiencia en el circuito. Ellos nos dan su opinión sobre si alguna calle debe ser más ancha. También los caddies… En Pebble Beach hablamos con Casey Boyns, que ha sido caddie allí 35 años, y nos dio la ubicación perfecta para el hoyo en el 18, con un pequeño desnivel que nosotros no vimosy él sí».

¿Cuál cree que será el resultado ganador?

«Sabía que me ibas a preguntar por eso… Curtis Strage, ganador del US Open en 1988 y 1989, dijo algo que me impactó. Dijo que los jugadores de hoy en día son más grandes, más fuertes, más atléticos, mejor entrenados, con mejor equipamiento y con una mejor gestión del campo. Dijo que cuando un jugador no hace un resultado bajo par en el US Open hay que preguntarse qué pasó. ¿Fue el clima? ¿La configuración del campo? No queremos que nadie gane ni con 20 bajo par ni con 20 sobre par. No nos concentramos en el resultado. Es una métrica y por supuesto que la miramos. Pero diría que algunos golpes por debajo de la media estaría bien. Mire lo que hizo DeChambeau en Winged Foot en septiembre, fue impresionante. Todos los demás estaban en resultados similares o algo por encima de la media, menos él. Winged Foot es un campo brutal, una prueba difícil juegues cuando juegues. Desde los tees traseros de Torrey Pines, con la longitud que tiene y algo de viento del océano, es difícil, pero estos jugadores son tan buenos que creo que con algunos golpes por debajo del par ganarán. Buscaremos condiciones firmes y rápidas, pero no tanto como para que dejen de pegarle con el driver. Queremos que lo utilicen. Los greenes serán firmes y rápidos, queremos un poco de viento, el rough estará alto… Ese es el plan que iremos modificando según los patrones climáticos. Si tenemos viento y llueve, no forzaremos la ubicación de los hoyos en sitios complicados ni alejaremos los tees. Dejaremos que Torrey Pines sea Torrey Pines sin centrarnos en la puntuación. Si alguien hace 12 bajo par porque llovió y no hizo viento, pues así será».