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Nos adentramos en el Pozo de las Serpientes…

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Pozo de las Serpientes © Golffile | Mark Davison
Pozo de las Serpientes © Golffile | Mark Davison

El PGA Tour está repleto de trampas que ponen en jaque incluso a los mejores jugadores del mundo. Muchas de ellas aparecen en una sucesión de hoyos al final de algunos míticos recorridos que pueden dar un vuelco completo a la clasificación de cualquier torneo a una velocidad sencillamente impresionante.

El Copperhead de Innisbrook, que acoge esta semana el Valspar Championship, es uno de ellos. En él se esconde el conocido como ‘Snake Pit’, el pozo de la serpiente, que en los tres últimos hoyos del campo puede dar un mordisco ‘mortal’. O precisamente lo contrario, puede servir para recuperar desventajas que en otros torneos serían prácticamente insalvables.

Así le ocurrió en 2015 a Jordan Spieth, que superó a Patrick Reed y Sean O’Hair en este tramo del campo para llevarse finalmente el triunfo en el playoff. El texano salvó tres pares increíbles en el 16, 17 y 18 y certificó su brillante victoria en el tercer hoyo del desempate.

La cara contraria la vivió el sudafricano Ernie Els, que protagonizó en 2012 una auténtica caída al vacío en el pozo de la serpiente. Tenía el torneo en su mano pero tres errores consecutivos en el 16, 17 y 18 le dejaron a un golpe de poder al menos pelearlo en el desempate. Estas son las características de los tres hoyos que causarán auténtico pánico esta semana.

Hoyo 16
Par 4, 475 yardas

Conocido como ‘The Moccasin’, es un hoyo con una calle rodeada de pinos y un obstáculo de agua a la derecha. Su puntuación promedio en 2017 fue de 4.210, con un 26% de bogeys o peor, por tan solo un 11% de birdies. Las brisas en esta época del año y la configuración del lago generalmente impiden buscar atajos. Muchos profesionales optan por una madera 3 desde el tee para buscar luego un tiro largo al green, que es grande y ancho. Las banderas al frente y la derecha son particularmente exigentes.

Hoyo 17
Par 3, 215 yardas

Este hoyo, conocido como ‘Rattler’, o cascabel en castellano, tiene un green en forma de pera bien protegido por árboles y obstáculos de arena. En momentos de tensión, muchos jugadores optan por hierros largos para cazarlo y buscar la bandera con uno o dos putts, pero no es sencillo, ni mucho menos. Sus estadísticas lo dicen todo: 3.111 de puntuación media en 2017, un 19% de bogeys o sólo un 8% de birdies.

Hoyo 18
Par 4, 445 yardas

El último hoyo del campo, conocido como ‘Copperhead’, muestra sus colmillos en todos los rincones. Su longitud no causa especial preocupación, pero sí la subida cuesta arriba, estrecha y flanqueada por árboles y búnkers, con una zona semiciega al fondo, severamente inclinada y de arena. Muchos jugadores evitan el driver desde el tee, sabiendo que luego tendrán un golpe largo para cazar el green. El pasado año, casi una cuarta parte de los jugadores hicieron bogey o peor en esta auténtica trampa, con 4.151 golpes de media. El mordisco final de un pozo repleto de serpientes venenosas.