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Olazábal afronta el fin de semana con posibilidades mientras Cañizares se ahoga en el 18 de Redstone

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Johnson Wagner (-12) es líder del Shell Open.

José María Olazábal demostró de nuevo que su recuperación es total con una vuelta de 70 golpes (dos bajo par) en el peligrosísimo campo de Redstone, donde se celebra el Shell Open. Olazábal (–5) está en octava posición gracias a una vuelta de máximo control con dieciséis pares y dos birdies…

Con 36 jugadores todavía por acabar su ronda debido a la suspensión del juego, primero por mal tiempo y finalmente por falta de luz, lidera el torneo Johnson Wagner (–12), un graduado del 2006 de la Escuela de Clasificación del circuito que al espectacular –9 del primer día, añadió un –3 el viernes. Wagner ya jugó 36 hoyos en el Augusta National invitado por su tío abuelo hace cuatro años. Su excelente rendimiento en Texas le puede valer otra invitación a Augusta, esta vez para jugar el Masters, si consigue ganar el Shell Open. En segunda posición están empatados el australiano Mathew Goggin y el norteamericano Charley Hoffman, ya con –9.

A Alejandro Cañizares, que comenzó su vuelta en el hoyo 10, le quedan todavía cuatro hoyos por jugar … y ninguna esperanza de pasar el corte, que está previsto quede en Par. El castigo que el campo de Redstone ha propinado al madrileño ha sido tan ejemplarizante como excesivo. Cañizares (+7) comenzó la ronda del viernes con –3 y enseguida se hizo birdies en los hoyos 12 y 13, que le situaron entre los 10 primeros.

Las perspectivas eran inmejorables y se trataba simplemente de aguantar la posición, que casualmente es lo que hizo Olazábal, lo que le sirvió para ocupar la octava posición.

La vuelta de Cañizares comenzó a torcerse con bogeys en el 14 y el 17. Hasta que llegó el 18. Alejandro afrontó este volátil par 4 con valentía … quizás demasiada. Hasta cuatro bolas mandó al agua desde el tee el bueno de Cañizares en un ejercicio de frustración que ha merecido los comentarios de la prensa americana. Al final, salió de allí con un 12 que le envió del puesto 13 al 113 en menos de lo que se tarda en decir adiós.

Si lo que busca Cañizares es consuelo, valga decir que no fue la única –ni será la última– víctima de este estrecho par 4 de 488 yardas, con agua por un lado y bunkers y árboles por el otro. De hecho, Andrés Romero, brillante ganador del Zurich Open la semana pasada, salió del 18 con un 11, que tampoco está mal; y los doble bogeys y triple bogeys se sucedieron sin cesar a lo largo de la jornada.

El arrojo de Cañizares en el 18 de Redstone en la edición del 2008 del Shell Open quedará grabado en la memoria de los aficionados españoles, aunque el arrojo no sea precisamente una virtud en el mundo del golf. Y si las cosas le van bien a Olazábal durante el fin de semana, quizá haya otros motivos para recordar este torneo.