Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Por algo tendrán que seguirle llamando ‘The Monster’…

Por algo tendrán que seguirle llamando ‘The Monster’…

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El mítico Oakland Hills, sede del PGA,  presenta un rough intimidatorio en sus más de 6.700 metros

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Sergio, hoy en Oakland Hills

Ya está aquí la 90ª edición del PGA Championship, el cuarto grande de la temporada, que echa a andar mañana con las espadas de los mejores jugadores del mundo en todo lo alto (ya saben, eso sí: falta Tiger).

El evento tiene lugar en otro de los escenarios míticos de la historia del golf mundial: Oakland Hills Country Club, en Bloomfield Township (Michigan, Estados Unidos), que abrió sus puertas hace noventa años, en 1918. El 'apodo' que recibe el South Course de Oakland Hills evoca todo tipo de gestas, hazañas e históricos hundimientos de los mejores jugadores de la historia: "The Monster".

Como suele ser habitual, la preparación de los campos es aún más exigente cuando se trata de un US Open, con los habituales desafíos que propone la USGA, en comparación con los PGA Championships. La altura del rough y la dureza de los greenes tiene mucho que ver en ello…

Pues bien, ya se han dejado oir algunas voces que hablan de una preparación del campo, de este Oakland Hills, más parecida a la que se ve en los US Open. Padraig Harrington comentaba hoy mismo que el rough intimida lo suyo y que da lo mismo perder la calle por un par de yardas que por diez: el resultado siempre es una posición de bola muy complicada (de hecho, de perder calle, a veces interesa perderla por más distancia, a ver si coges un terreno pisado por los aficionados…). En cuanto a los greenes, el doble ganador del British señala que son muy complicados de patear, pero también que los había encontrado ligeramente más receptivos que cuando jugó la Ryder en 2004 con el equipo europeo. 

Este Oakland Hills es en cualquier caso todo un monstruo por sus distancias. Es un par 70 de más de 6.700 metros (6.763, unos 275 metros más largo que cuando se jugó la Ryder en 2004). Mucho ojo y especial atención merece el par 3 del hoyo 9: son 235 metros, todo un reto para los jugadores. Y cuidado también con el par 3 del hoyo 17, cercano a los 220 metros y con el viento entrando de cara en muchas ocasiones…

Por no hablar de la enorme cantidad e pares 4 en el recorrido que rondan las 500 yardas… El hoyo 14, sin ir más lejos, se va a 458 metros; el 18 llega a los 455 metros; el hoyo 5 'se queda' en 448 metros, más o menos la misma distancia que el hoyo 8… Ni que decir tiene que en estos largos pares 4 el hecho de perder la calle casi implica la imposibilidad de hacer birdie y una enorme dificultad para cerrarlo al par desde el rough…

En Oakland Hills se ha disputado seis veces el US Open (1924, 37, 51, 61, 85 y 96), además de dos ediciones más del PGA (1972, 79) y la Ryder Cup de 2004. Son credenciales que muy pocas sedes pueden presentar. El sobrenombre de 'El monstruo' no es de toda la vida. Nació en la edición del US Open de 1951, en la que Ben Hogan se hizo con la victoria entregando una tarjeta final de 287 golpes, siete por encima del par (Oakland es un largo par 70 con solo dos pares 5 en su recorrido). En aquella edición sólo hubo dos rondas jugadas por debajo de par, incluyendo un brutal 67 del taciturno Hogan en la última jornada, sin duda uno de los mejores jugadores de golf de toda la historia (ganó nueve 'majors' entre 1946 y 1953).