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Power abre la puerta en Monterey y se le cuelan hasta la cocina

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Patrick Cantlay © PGA Tour
Patrick Cantlay © PGA Tour

Comenzaba el día con un resultado acumulado de 16 golpes bajo par, récord histórico del AT&T Pebble Beach Pro-Am de California después de los 36 primeros hoyos, y cinco de ventaja en la clasificación. Y por si fuera poco, había jugado ya el Spyglass Hill Golf Course, el recorrido más difícil de los tres en rotación de jueves a sábado, y sólo le faltaba completar el Monterey Peninsula Country Club, el más sencillo. Pero las cosas no le han salido como esperaba a Seamus Power (-13)

Ya ayer, después de un sensacional 64 en el Pebble Beach Golf Links, recorrido en el que se decidirá mañana el torneo, el irlandés advirtió que el campo al que tenía que enfrentarse en la tercera ronda del famoso evento de profesionales y aficionados del PGA Tour no era su preferido, ni mucho menos. Y su tarjeta de 74 golpes de hoy le ha dado la razón… Un resultado que podría haber sido incluso peor de no ser por un par de birdies seguidos al 3 y el 4 (sus hoyos 12 y 13 del día, ya que arrancó jugando por el 10), con los que logró maquillar sus malísimas sensaciones.

Había empezado el día de la mejor manera posible, con un birdie en su primera bandera, para abrir un hueco en la tabla que parecía irrecuperable para sus perseguidores. Pero Power no estaba cómodo y sus palos favoritos de ayer, el wedge y el putter, no le estaban funcionando con la misma precisión. En los primeros nueve no logró más birdies y sí cometió dos bogeys. Y con otro más en en el primer hoyo de su segunda mitad del campo abrió definitivamente la puerta para que se le colaran hasta la cocina.

Sus dos birdies al 3 y el 4 sólo sirvieron para ‘salvar’ los muebles y mantener viva su esperanza de pelear por la victoria el domingo. Porque aún le esperaban otros tres  bogeys más, en el 5, el 7 y el 9. Una debacle en toda regla que no solo le dejó sin liderato y le sacó del partido estelar de mañana, sino que dio alas a un buen número de jugadores, algunos de primer nivel, convirtiendo la última ronda en una jornada de golf en la que puede pasar de todo.

Beau Hossler (-15), con la tercera mejor tarjeta del día en el torneo, 65 golpes, y Andrew Putnam (-15), que logró enlazar cinco birdies consecutivos en sus seis últimos hoyos, fueron los primeros en aprovechar el día para olvidar del irlandés. Y a ellos se sumó Tom Hoge (-15) para completar el trío de colíderes. Por detrás, el séptimo de caballería… Patrick Cantlay (-14), favorito número uno antes de arrancar el torneo, Joel Dahmen (-14), que firmó un gran 66 en Spyglass… y nada menos que Jordan Spieth (-14).

El chico maravilla fue protagonista absoluto del sábado en Pebble Beach. Con 63 golpes, la mejor vuelta de la jornada, ocho birdies, un eagle y un solo bogey, tuvo en sus manos la oportunidad de cerrar su ronda como colíder pateando para eagle desde unos seis metros en el mítico hoyo 18, junto a la costa. Antes había dejado un golpe increíble jugándose el tipo, al borde de un acantilado de 20 metros de altura. Ojo con él, con Cantlay… y con el campeón defensor, Jason Day (-11), que resiste a decir su última palabra.

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