Pese al enfado tremendo que mostró en el tee de 2 del Campo Norte de Torrey Pines, su undécimo hoyo del día y el sexto consecutivo en que fallaba la calle por la derecha, Jon Rahm apareció muy tranquilo por la zona de entrevistas del Farmers Insurance Open para analizar cómo había vivido esta segunda ronda en la que, con una tarjeta de 65 golpes, con ocho birdies y un bogey, se ha situado colíder del torneo de San Diego.
«Un día extraño. Creo que las estadísticas, sobre todo las del drive, harán parecer que ha sido un día más difícil o un poco más complicado para mí de lo que ha sido. La verdad es que he estado cómodo con el swing, simplemente ha habido unos fallos, unos golpes desde el tee que no han querido entrar en calle. Pero gracias a Dios he podido arreglarlo muy bien, poner bolas en el green cuando fallaba la calle, darme oportunidades y las he aprovechado. No he estado tan lejos como pueda parecer. Simplemente es que las calles de este recorrido Norte son muy estrechas, más que el Sur, y de todos modos aún no estando en calle la bola estaba bien colocada la mayoría de las veces. Cuando fallas calles puedes tener la tentación de cambiar algo o preocuparte, pero yo he seguido igual, no he hecho nada especial. En los hoyos 6, 8 y 9 he ido a darle con todo lo que tenía y he cogido la calle. La parte más frustrante fue que drives que yo pensaba que había pegado bien no terminaban en la calle», comenzó explicando el de Barrika.
Jon siguió explicando por qué sus sensaciones con su juego son mucho mejores de lo que pueda decir la estadística desde el tee. «Si me dices al principio de la ronda que voy a hacer siete menos cazando sólo cuatro fairways significa que hay otras muchas cosas que has tenido que hacer muy bien. Y eso es lo que ha ocurrido hoy. Por ejemplo, he cogido muchos greenes desde el rough y eso no es fácil. Me he manejado muy bien en el campo y he sabido aprovechar las oportunidades», apunta.
En cuanto al driver del hoyo 6, donde fue a pegar con todo, Jon aclaró que no es algo extraño en su golf. «Es muy habitual que yo pegue con todo desde el tee, muy habitual. Sólo cambio un poco el ángulo de ataque y procuro pegar un poco más alto, acorto un poco el swing y así suele salir recta. Cuando lo consigo funciona. En el 7 y 9 fue igual. Suelo ir a pegar duro muchas veces».
Sobre la batalla que se avecina este fin de semana con jugadores como Justin Thomas, lo cierto es que Rahm no se despista demasiado de su objetivo principal. «Yo he venido aquí a ganar. Me da lo mismo contra qué otros jugadores esté compitiendo. Si resulta que es con un jugador más popular como Justin Thomas pues imagino que será mejor para la televisión. Y para nosotros, si finalmente ganamos, pues imagino que será más satisfactorio, pero al final lo único que cuenta es ganar».
Cuestionado por el hecho de que intentar ganar otra vez en este campo le produzca cierta ansiedad, dijo: «¿Después de haber ganado? Yo diría que menos por saber que ya lo he hecho, dos veces, y en condiciones tan diferentes. Creo que estoy más confiado, no mejor preparado, pero más confiado sabiendo que puedo ganar cuando el campo se está jugando en condiciones diferentes. Así que venga lo que venga estos dos días, tengo buenas opciones. Pero en un campo como este no te puedes esconder. Gana el que mejor juegue, así que hay que ir a jugar muy bien estos 36 últimos hoyos».
Aunque esté arriba las sensaciones tienen muy poco que ver con el US Open del año pasado. «Nada que ver, pero nada. En el US Open no era líder, iba con un resultado de -3 y estaba muy feliz. Aquí voy con -14 y estoy pensando cuántas podría llevar de haber cogido más calles. No es comparable. Y cuando gané el Farmers hacía más frío y viento y estaba con -3 después de dos días, un poco lejos de la cabeza. Nada que ver», explica.
