D.A. Points al fin dejará de ser recordado como el golfista que ganó un torneo jugando con el actor cómico Bill Murray…
El jugador norteamericano se impuso ayer en el Shell Houston Open, la segunda victoria de su carrera en el PGA Tour, y obtiene el billete para jugar el Masters de Augusta la próxima semana. Alegría completa para el jugador que decidió volver a utilizar esta semana el putter que su madre le prestó en sus años universitarios. Inspiración materna para un gran triunfo.
Points no quiere que esto sea flor de un día, como pareció entonces su victoria en el AT&T Pebble Beach Pro-Am en 2010. Sus objetivos van por otros derroteros. “Quiero ganar más torneos, jugar grandes, ganar grandes, participar en Ryder, en Presidents Cup…”, aseguraba emocionando nada más recoger el trofeo. El éxito lo cura todo. Ya no recordaba que llevaba apenas dos cortes de nueve esta temporada y que se plantó en Houston con nueve rondas consecutivas sin bajar de 70 golpes.
Points se impuso en una apasionante ronda final, con una docena de jugadores con opciones reales de triunfo. Por allí merodearon Phil Mickelson, Dustin Johnson, Billy Horschel, Stewart Cink o Ben Crane. Finalmente, se llevó el gato al agua Points, con un golpe sobre Stenson y Horschel.
La ronda tuvo que se suspendida por las inclemencias del tiempo cuando al líder le quedaban apenas cuatro hoyos para terminar. Necesitaba el par para lograr la victoria y eso es lo que hizo al la vuelta: cuatro pares. El último en el 18 embocando un putt de algo más de tres metros. Si es que como el regalo de una madre no hay nada.
