Jon Rahm es al golf lo que Alemania a los coches o Suiza a los relojes. Da igual que haga sol, que llueva o que sople un vendaval. Poco importa que esté más o menos fino desde el tee, más o menos inspirado con el putt o más o menos brillante alrededor de green. Pase lo que pase, Jon siempre se las arregla para estar arriba, para dejarse ver, para merodear, para salir un domingo con opciones. A veces más y a veces menos, pero siempre ahí. Es un seguro de vida.
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Este domingo en Riviera Country Club también tendrá algo que decir. Cierto es que no es un candidato claro a la victoria, ni mucho menos. Asegurar esto sería poco menos que estar ciego, pero sí que al menos, con dos birdies finales en los hoyos 16 y 17, se ha dejado un pequeño resquicio para la épica. Está undécimo a cuatro golpes de los líderes tras entregar una tarjeta de 69 golpes, la tercera bajo par en este The Genesis Invitational. Sólo once jugadores han completado los tres días en Riviera ganando al campo.
Como decimos, tendría que pasar algo épico este domingo, una gesta, una actuación de esas que quedan grabadas durante mucho tiempo en las retinas. Quién sabe, lo normal es que no suceda, pero si alguien puede protagonizarla, si alguien lo ha hecho con anterioridad, es Jon Rahm. Cualquier opción pasa por firmar la mejor vuelta del día. No hay otra. Cada jornada el mejor resultado ha sido de 64 golpes, se puede hacer, y ese resultado podría ser suficiente. Desde luego, obligaría a los líderes a hacer cuatro bajo par para evitar el desempate y eso ya no es tan fácil en Riviera saliendo en el partido estelar.
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Rahm se ha dejado ese resquicio en una tercera ronda donde sólo ha hecho un bogey y tres birdies. Ha jugado muy bien de tee a green, muy ordenado. No ha conseguido dejarlas muy cerca, pero sí que podría haber caído algún birdie más. Ha tenido paciencia y, sobre todo, ha vuelto a mostrar una virtud enorme: jamás dejar de mirar hacia adelante. Siempre piensa que puede hacerlo y por esa misma razón lo hace, o al menos se queda cerca.
Jon necesita mañana un triple mortal con tirabuzón. No sólo porque está obligado a meter una vuelta muy baja, sino porque necesita algo de colaboración del resto. Los líderes no son unos cualquiera. Empatados arriba con -10 están Rory McIlroy, Adam Scott y Matt Kuchar. Otros seguros de vida. Gente que no está muy acostumbrada a fallar. Eso sí, hacerse un dos bajo par el último día y no ganar no se puede decir que sea fallar, por eso Jon necesitaría mañana una ronda de 64 golpes como mínimo.
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Entre los líderes hay dinámicas. Scott viene de menos a más y ahora parece el mejor colocado. Su juego largo se está mostrando excelso. Mientras, a Kuchar se le puede hacer largo el torneo tras ese inicio sensacional de siete menos el jueves y Rory… pues siempre está ahí. Inasequible al desaliento. Es el golfista más regular del mundo en estos momentos, por delante incluso de Jon. De los que marchan por detrás, no se puede perder de vista a Dustin Johnson (-8), que también se las arregla siempre para estar ahí, incordiando, metiendo presión al resto.
Teníamos a tres españoles que partían este sábado con opciones de meterse en la pelea por la victoria, pero nos hemos quedado sólo con uno. Rafa Cabrera Bello (-4) ha firmado 72 golpes tras protagonizar un inicio muy duro. En el hoyo 1 se le escapaba un putt de medio metro para birdie, en el 2 otro más o menos igual para par y en el 3 cometía doble bogey desde el búnker de green. Un inicio que bien podría haber sido de uno bajo par se convertía a tres sobre par. Muy duro. En este sentido, hay que darle todo el crédito por cómo se ha rehecho. A partir de ahí, ha firmado una muy buena ronda de dos bajo par. El top ten lo tiene a tres golpes y todavía tiene mucho que decir.
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Sergio García (-2) no termina de cuadrar una gran vuelta. Hoy ha sufrido más de tee a green. Ha cogido sólo cuatro calles y nueve greenes. Con este datos, hacer el par en el día no está nada mal, pero no le ha permitido acercarse realmente a la cabeza. El de Borriol debe seguir esperando pacientemente a que todas las piezas se peguen un día y entonces llegará esa vuelta muy baja que tanto se está mereciendo.
