Jon Rahm (-7) tendrá que apretar los dientes y ofrecer su mejor versión este sábado en el Stadium Course del TPC Scottsdale si quiere llegar a la última ronda del Waste Management Phoenix Open con opciones de victoria después de completar una segunda jornada de 68 golpes de la que, a buen seguro, habrá salido con la sensación de que su juego ha estado muy por encima del resultado final.
Porque aunque el golfista de Barrika firmó una primera mitad de recorrido bastante plana, con un solo birdie en el hoyo 8, y arrancó la segunda parte del campo con un doloroso bogey en el 10, en el que llegó incluso a hacerse daño en la mano derecha al verse obligado a golpear con violencia una bola que se había quedado clavada en la arena, consiguió una épica remontada que parecía lanzarle de manera imparable hacia el liderato.
El par 4 del hoyo 11, tras una gran salida desde el tee, un preciso approach y un putt de unos tres metros, fue el comienzo de una extraordinaria serie en la que se pudo ver al Rahm que pelea con merecimiento por convertirse en el Número 1 del golf mundial. Uno tras otro, con una facilidad pasmosa, fueron cayendo los birdies hasta acercarse a los primeros puestos de la clasificación.
En el 12, con un putt de algo más de un metro, leyendo a la perfección la caída de derecha a izquierda. En el 13, después de perder la calle, con un putt de más de tres metros. En el 14, con un último toque sutil, con la fuerza justa, que terminó cayendo por pura inercia a la cazuela. Y en el 15, después de un segundo tiro desde el rough, un chip suelto, y un putt de derecha a izquierda que entró por todo el centro. Cinco birdies consecutivos para ponerse con -9 y soñar a lo grande.
Make that 5 birdies in a row for @JonRahmPGA. 😮
He's 4 back @WMPhoenixOpen.#QuickHits pic.twitter.com/jOCAJZva5Q
— PGA TOUR (@PGATOUR) January 31, 2020
Pero en el paso por el estadio, donde siempre es aclamado por la afición de Arizona, comenzó el pequeño calvario de Jon. Tiro larguísimo desde el tee, abucheos -como siempre que alguien no coge el green- y segundo bogey del día. En el 17, putt para birdie de unos dos metros que falla por la derecha con todo a favor para recuperar el error anterior. Y en el 18, el colapso final, con un tiro a los búnkers de la izquierda de la calle desde el tee y una sucesión de errores que terminaron en su tercer y último bogey del viernes.
O lo que es lo mismo, lo que podía haber sido perfectísimamente una vuelta de 66 o incluso 65 golpes, que le situara en el top 5 del torneo con opciones clarísimas de victoria, terminó convirtiéndose por una mezcla de mala suerte, elección equivocada de palo en algún hoyo y fallos en momentos muy puntuales en un 68 que le mantiene a seis golpes del liderato, ahora en manos de J.B. Holmes (-13).
Wyndham Clark (-12), tras su exhibición de ayer, hoy tuvo que conformarse con una vuelta de 69 golpes. Mientras que Billy Horschel (-11), segundo el jueves, hizo los mismos que Jon. Pero se han sumado a la batalla rivales de lo más peligrosos como el nuevo líder, Holmes, que se mueve como pez en el agua por Scottsdale -un bogey en el 18 le impidió firmar una ronda casi perfecta-, Scott Piercy (-10), uno de los mejores jugadores del viernes con una vuelta de 65 golpes, Xander Schauffele (-8), Webb Simpson (-8), o incluso Bubba Watson y Tony Finau, empatados con Rahm.
La cara de frustración del golfista español tras el bogey del 18 lo decía todo. Había mostrado lo mejor de su repertorio sin obtener el premio merecido. Pero su objetivo mañana debe ser salir a jugar con la misma actitud, intentando mantener su extraordinario juego de tee a green (72% de greenes en regulación hoy) y buscando repetir la finura con el putt que mostró entre el 11 y el 15. El Stadium Course, con rincones traicioneros, es un campo al que se le pueden hacer muchos birdies y Rahm está aún a tiempo de meterse en la batalla. Sus opciones siguen intactas.
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