El inconformismo de Jon Rahm (-13) le hizo marcharse aparentemente frustrado del Campo Norte de Torrey Pines tras la segunda ronda del Farmers Insurance Open. Pero lo cierto es que, pese a un muy mal día desde el tee (cuatro calles de 14, con apenas un 28,5% de acierto), el de Barrika solventó con éxito todas las dificultades para entregar una excelente tarjeta de 65 golpes que le permite ponerse colíder en la clasificación, empatado con su compañero de partido, Justin Thomas (-13), y con un sorprendente Adam Schenk (-13), que coqueteó con un 61 de récord.
El Número 1 del mundo, en un comienzo de vuelta arrollador, sumaba ya cinco birdies en sus ocho primeros hoyos del día, partiendo desde el 10 del recorrido más sencillo de los dos que se juegan en rotación en las dos primeras jornadas del torneo. Era líder en solitario y parecía lanzado hacia un resultado bajísimo. Sin embargo, en el 18, un par cinco convertido en par cuatro con el que completaba sus primeros nueve del jueves, cometió algunos errores que le terminaron costando su único bogey del día, fallando igualmente su único green.
El desacierto pareció descentrar por momentos a Rahm, que después de varias bolas seguidas muy por la derecha desde el tee en sus siguientes salidas, a zonas de rough, terminó pagando su frustración con el campo, al que ‘arreó’ un par de palazos. Pero pese a seguir bastante impreciso con el driver, el de Barrika estaba recuperando de maravilla (¡94,4% de greenes en regulación!) y fabricándose buenas oportunidades de birdie. Era cuestión de tiempo y de confianza que terminaran entrando…
Y así fue desde el par cuatro del 6. Embocó un putt desde unos dos metros, tras una de sus mejores salidas de la jornada, con el que arrancó una serie de tres birdies seguidos: el segundo, en el 7, pateando desde unos cinco metros, y el tercero, en el 8, haciendo lo propio desde unos seis o siete metros después de haber ‘cazado’ el green de uno. Y aunque pudo ser incluso mejor (pegó muy pesado un chip desde fuera de green en el último hoyo del día que le impidió hacer el birdie), cerró el viernes con los mejores, conservando intactas sus opciones de victoria.
Para lograr el ansiado triunfo, tendrá por delante dos interesantísimas últimas rondas en el Campo Sur (que hoy fue más de cuatro golpes de media más difícil que el Norte), su recorrido fetiche, ante un grupo cada vez más selecto y reducido de rivales. Justin Thomas parece el más peligroso. Hoy selló un vueltón con nueve birdies, sin fallo, con algunos lujos, como el chip desde fuera de green que embocó en su undécima bandera. Aunque conviene no perder de vista a Cameron Tringale (-12), Peter Malnati (-11) y, sobre todo, a Adam Schenk…
El golfista de Indiana, de 29 años, dio un auténtico recital en el Campo Norte con 10 birdies sin fallo (ronda de 62 golpes, igual que Alex Smalley) y estuvo a punto de alcanzar dos registros históricos. Fue capaz de hacer ocho birdies seguidos, entre el 4 y el 11, y rozó el noveno con el que habría igualado los que logró Mark Calcavecchia en Canadá hace algunos años. Y en el 18, una dolorosa corbata le impidió igualar el récord del campo que mantienen Mark Brooks (1990) y Brandt Snedeker (2007).
Quienes no estarán desde mañana en Torrey Pines son jugadores del nivel de Jordan Spieth, Phil Mickelson, Brooks Koepka, Tony Finau, Rickie Fowler o un dolorido Bryson DeChambeau (sufrió problemas de espalda), que fuero devorados por el temido Campo Sur. El recorrido el que espera desde mañana al bueno de Jon en busca de la que sería su tercera victoria en este mismo escenario, donde estrenó su palmarés en el PGA Tour en 2017 y ganó el pasado verano su primer major, el US Open.