Un trabajadísimo birdie en el 18, tras un mal approach que acabó en el búnker y un tercer golpe desde la arena que rodó demasiado largo, terminó dejando un buen sabor de boca final a Jon Rahm (-14) en la tercera ronda del Farmers Insurance Open. El de Barrika, que había sufrido en su infructuoso intento de remontada, veía cómo su tarjeta de 68 golpes era suficiente para meterse en el partido estelar del domingo y pelear un año más por la victoria en Torrey Pines.
Además de una última ronda perfecta, Rahm necesitará que el Número 1 del ranking mundial y líder destacado del torneo, Justin Rose (-18), baje un poco el sensacional ritmo que viene marcando desde que aterrizó el pasado jueves en San Diego, a orillas del Pacífico. O al menos que se muestre tan inseguro como en el hoyo 18 de hoy, cuando tenía en su mano dejar el torneo prácticamente visto para sentencia y le abrió la puerta de par en par a sus rivales con un bogey tras pasar por el agua.
DECLARACIONES: Jon ofrece su particular receta para repetir victoria en el Farmers
Pero vayamos por partes. Jon había firmado una impecable primera mitad en el campo sur del Torrey Pines Golf Course, con cinco birdies y un bogey. Un parcial de cuatro bajo par que le invitaba a soñar. Pero en los segundos nueve hoyos, su juego empezó a decaer hasta el punto de poner a prueba su estado de nervios. Con cada fallo, más gestos, más rabia contenida, más intercambio de opiniones con su caddie…
The leader has extended the lead.
EAGLE for @JustinRose99. 🦅
He’s ahead by 4 @FarmersInsOpen.#LiveUnderPar pic.twitter.com/uYyneYStN7
— PGA TOUR (@PGATOUR) 26 de enero de 2019
El momento más complicado de asumir para el español llegó entre los hoyos 13 y 16. Pasó de fallar un claro putt de birdie en el 13, que le habría puesto cinco abajo en el día, a cerrar con un doloroso bogey el 14, después de errar de nuevo con el putter a poco más de dos metros. En el par 3 del 16, para colmo, volvió a fallar otro putt de birdie después de un tirazo desde el tee. No era su día, estaba claro.
Pero cuando todo parecía encaminado a un sábado aciago, en el que podía terminar a seis o siete golpes del líder, el torneo dio un giro importante para mantener la emoción. Rahm cerró su vuelta con el birdie del 18 y Rose, que se había recuperado con solvencia de dos dobles bogeys, se fue al obstáculo agua en su segundo impacto del hoyo final. El británico completó su ronda con un bogey en un par 5 y un 69 final que mantiene con opciones a Jon y Adam Scott (-15).
El australiano, el mejor del día en el campo del barrio de La Jolla, se ha metido con todo merecimiento en la pelea por la victoria después de una ronda espectacular: un eagle, siete birdies y un bogey. Un parcial de siete bajo que le sitúa segundo clasificado, a tres golpes del líder, y con serias opciones de victoria en su primera participación en el evento (sólo había jugado en Torrey Pines en el US Open del 2008).
Tanto él como Rahm tendrán que pelear con el vigente Número 1 del mundo y con la estadística: la de mañana será la sexta vez que Rose salga a jugar una última ronda en el PGA Tour con tres o más golpes de ventaja, y en tres de las cinco anteriores terminó llevándose el gato al agua.
Un triunfo, además, le permitiría unir su nombre a los de Sergio García y Rory McIlroy como únicos jugadores europeos con doble dígito de victorias en el circuito estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. Un aliciente más para Justin, sin duda. Pero ni Scott ni Rahm han dicho su última palabra y en Torrey Pines, los errores se pagan muy caros…
