
El hoyo 17 del TPC Sawgrass, conocido como el «Island Green», es uno de los par-3 más icónicos y temidos del mundo del golf. Con apenas 137 yardas de longitud, su diseño rodeado de agua y su exposición al viento lo convierten en un desafío psicológico y técnico incluso para los mejores jugadores del planeta. En la historia de THE PLAYERS Championship, el torneo insignia del PGA Tour, este hoyo ha sido testigo de momentos épicos, desde hoyos en uno memorables hasta desastres que han cambiado el rumbo de campeonatos. Sin embargo, hay un día que destaca por encima de todos: el 10 de mayo de 2007, cuando 50 bolas acabaron en el agua durante la primera ronda, estableciendo el récord de un solo día en la era ShotLink (desde 2003).
Un jueves de caos en Ponte Vedra Beach
La edición de 2007 de THE PLAYERS Championship marcó un hito al ser la primera vez que el torneo se disputó en mayo, trasladándose de su fecha tradicional en marzo. Este cambio trajo consigo condiciones climáticas más cálidas y, en aquel jueves inaugural, un viento implacable que convirtió el hoyo 17 en una auténtica pesadilla. Según los registros del PGA Tour, que comenzaron a rastrear datos detallados con ShotLink en 2003, ningún otro día ha visto tantas bolas sucumbir al lago que rodea el green en forma de isla.
El viento, soplando con ráfagas que alcanzaron velocidades significativas (rachas de 60 kilómetros por hora), desbarató los cálculos de los jugadores. Lo que normalmente requiere un wedge o un hierro 9 preciso se transformó en una lotería. Los mejores golfistas del mundo, acostumbrados a dominar campos de máxima dificultad, se vieron sometidos por un hoyo que, en teoría, no debería presentar tanta complicación. Al final del día, el hoyo 17 registró una media de golpes de 3,33, jugando como el segundo más difícil del recorrido en esa ronda, solo superado por el siempre exigente hoyo 18.
Números que cuentan la historia
El total de 50 bolas en el agua en una sola ronda sigue siendo el récord absoluto en THE PLAYERS Championship desde que se tienen datos modernos. Para ponerlo en perspectiva, en toda la edición de 2007 se contabilizaron 93 bolas en el agua en el hoyo 17 a lo largo de las cuatro rondas, el mayor número registrado en un solo torneo. Ese jueves inicial representó más de la mitad de ese total, un indicio claro de las condiciones extremas que los jugadores enfrentaron.
El impacto no solo se midió en bolas perdidas, sino también en resultados abultados. Jugadores como Sergio García, que terminaría ganando el torneo al año aiguiente tras un playoff contra Paul Goydos, lograron sobrevivir al caos del día, pero otros no corrieron la misma suerte. Historias de dobles bogeys e incluso peores resultados se multiplicaron, alimentando la leyenda del «Island Green» como un juez implacable en el golf profesional.
¿Por qué ese día fue tan brutal?
Varios factores conspiraron para hacer del 10 de mayo de 2007 una jornada inolvidable en la historia del TPC Sawgrass. Primero, el cambio de fecha a mayo trajo consigo un clima más ventoso y menos predecible que en marzo, afectando la capacidad de los jugadores para controlar la distancia y la dirección de sus golpes. Segundo, la posición de la bandera. En un green tan pequeño, con apenas espacio para el error, una bandera colocada cerca del borde multiplica las dificultades.
Finalmente, el factor psicológico no puede subestimarse. El hoyo 17, con su diseño intimidante y su ubicación cerca del final del recorrido, ya carga con una presión inherente. Añadir un viento racheado a la ecuación hizo que muchos jugadores dudaran de sus decisiones, optando por golpes más conservadores que terminaron cortos o desviados por la fuerza del aire.
Un legado que perdura
Desde aquel día histórico, el récord de 50 bolas en el agua ha sido amenazado, pero nunca superado. Por ejemplo, en la primera ronda de 2021, se registraron 35 bolas en el agua, el segundo mayor total en un solo día, mientras que en 2022, con vientos de hasta 62 kilómetros por hora, el sábado vio 29 bolas hundirse.
Para los aficionados al golf, este récord es un recordatorio de que incluso los profesionales más hábiles pueden ser víctimas de la naturaleza y del ingenio de Pete Dye, el arquitecto detrás de TPC Sawgrass. Para los jugadores, es una advertencia: subestimar el hoyo 17, incluso por un instante, puede tener consecuencias desastrosas.
A medida que THE PLAYERS Championship sigue celebrándose cada año, el 10 de mayo de 2007 permanece como un capítulo legendario, un día en que el hoyo 17 no solo desafió a los mejores del mundo, sino que venció a muchos de ellos. ¿Se batirá algún día ese récord de 50 bolas?
*Artículo realizado con la asistencia de Inteligencia Artificial