Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Homa nos deja una lección aún más valiosa que su victoria
Sobre el proceso de aprender a ganar

Homa nos deja una lección aún más valiosa que su victoria

Compartir
Max Homa
Max Homa estudia su putt de birdie en el hoyo 18. (© Golffile Joe Lumaya )

La victoria en el Farmers Insurance Open ha sido la sexta de Max Homa en el PGA Tour desde 2019. Seis triunfos en cuatro años. Cinco de ellos han llegado remontando en la última jornada. Como este sábado, cuando recuperó cinco golpes a Sam Ryder en la última jornada en Torrey Pines. Sin embargo, la vida en el campo de golf no siempre fue un camino de rosas para el simpático golfista californiano. Le costó un mundo romper en ganador y lleva tatuada esa experiencia a fuego. «He conocido la oscuridad más profunda y me ha ayudado mucho», confesaba ayer Homa con el trofeo aún caliente en sus manos.

Homa pudo haberse perdido por el camino. Pudo ser perfectamente uno de tantos. Fue un brillantísimo golfista amateur, ganador, campeón de la Final de la NCAA, miembro de la Walker Cup y Palmer Cup, uno de los mejores del mundo en su momento, pero su paso a pro fue tortuoso. Tardó mucho en asentarse en el PGA Tour, al menos mucho más de lo que planteaban las previsiones más optimistas. Se llevó muchos palos. En su primer año en el Korn Ferry Tour, 2014, ganó un torneo y ascendió al PGA Tour. Coser y cantar. ¡Ja!

Tuvo un 2015 horrible y perdió la tarjeta. Otro año al Korn Ferry Tour. En 2016 volvió a ganar en la segunda división y en 2017 se volvió a estrellar en la élite. Era lícito pensar: ¿tendré nivel para jugar en el PGA Tour? Perdió de nuevo la tarjeta. La oscuridad. Los nubarrones. La volvió a recuperar a finales de 2018, ya sin ganar en el Korn Ferry Tour, pero con sólidas actuaciones en las series finales. «Cada uno tiene sus propio chip, un momento en el que su cabeza hace clic, su historia y sus propios problemas. Cada jugador debe encontrar su propia manera de resolver esa situación, de hallar esa ecuación ganadora», explica Homa.

El californiano, que hoy tiene 32 años, lo encontró en 2019, en la tercera ronda del Wells Fargo Championship. Salió a jugar con Rory McIlroy. Fue ahí cuando la cabeza le hizo clic. «Rory es un jugador extraordinario, uno de los mejores del mundo, pega a la pelota como nadie, pero nunca ha estado en un lugar tan oscuro como yo, nunca ha sentido la presión que yo he sentido, nunca ha caído tan bajo. Yo me ponía a temblar por los nervios cada vez que llegaba un domingo a los hoyos 12, 13, 14 y 15. Lo pasaba fatal. Ese pensamiento antes de salir a jugar con Rory, yo he sentido una presión más complicada que él, me ayudó a jugar esa ronda. Son esas pequeñas cosas, a cada uno le funciona la suya y debe encontrarla». Hizo 70 golpes, tres menos que McIlroy y al día siguiente ganó el torneo. Su primera victoria.

Desde entonces, Homa ha ganado seis torneos y nunca ha dejado de trabajar el aspecto mental. La inspiración de Kobe Bryant ha sido decisiva en su crecimiento. Es su ídolo. «Lo veía a jugar al baloncesto y siempre me decía yo algún día quiero jugar al golf como él al baloncesto, como si no le importara, disfrutando, calmado, como si estuviera en otra dimensión. He leído mucho sobre Kobe y me quedo con una reflexión que hacía y que trato de aplicar: trabaja muchísimo cada día, todo lo que puedas, se tenaz y cuando llegue la competición simplemente deja que salga. He aprendido a hacerlo, a dejarme llevar por la presión y la locura de un domingo peleando por ganar, a no luchar contra ello o tratar de controlarlo, sólo dejarme llevar y disfrutar. Hoy me he acordado varias veces de Kobe durante la vuelta. Es lógico. Nos enteramos de su muerte en este torneo y está muy presente», afirma.

También destacó el trabajo que está haciendo en los últimos meses con Julie, una psicóloga deportiva. «Me ha ayudado mucho en las últimas semanas. Me ha abierto los ojos en muchos sentidos. Estoy consiguiendo afrontar cada día en el campo de golf con un plan mental muy definido. Ya no pienso cuando salgo a una ronda en algo técnico o estadístico, mi objetivo ahora es aprender algo. Salir a jugar al golf y ver qué pasa. Hablamos el viernes y le dije que estaba preparado para luchar por la victoria», señala.

La experiencia es vital y Homa también lo sabe. «Las últimas rondas de golf son maratones. No acaba hasta que acaba. En golf pueden pasar muchas cosas. Yo lo he aprendido durante mi carrera, a las buenas y también a las malas. Sam Ryder es un excelente jugador y estoy seguro de que va a ganar mucho en su carrera, pero yo sé lo difícil que es ganar el primero torneo. A mí me pasó. Jon Rahm es seguramente el mejor jugador del mundo, pero lo normal es que estuviera exhausto. Ha hecho muchos birdies y ha estado arriba muchos días seguidos. Y Tony Finau es otro jugador fenomenal, pero el viernes hizo 64 golpes y no es fácil salir ahí al día siguiente y repetirlo. Esto lo da la experiencia. Hay que seguir. A mí me lo decían los jugadores mayores y ahora compruebo que era completamente cierto. Hay que seguir», sentencia.

Cuatro de las seis victorias de Homa han llegado en California y el US Open se celebra este año en Los Ángeles. Carcajada de Max. «Bueno, no estaría nada mal, pero antes tengo marcado en rojo la semana del Masters, aunque sea en Georgia».