El segundo golpe del hoyo 11, el segundo del 15, el segundo del 16 o el segundo del 18. Lo mismo da. El que ustedes quieran. Elijan cualquiera de ellos para definir la enorme victoria de Rory McIlroy en el THE PLAYERS Championship. Hay más golpes, muchos más, pero esos cuatro, son made in McIlroy. Llevan su sello propio. Son intransferibles. Huelen a norirlandés el día de San Patricio. A jugador especial, diferente, mágico. El nuevo trofeo del THE PLAYERS necesitaba a un chico de oro y hoy en día nadie lo representa en el golf mundial como Rory.
Parecía muerto después del golpe de salida del 11. Venía de fallar una opción clara de birdie en el 10 y mandaba su bola al búnker. Se le complicaba el par 5. Antes había hecho un doble bogey doloroso en el 4 y otro bogey en el 7 buscando una bandera traicionera. Parecía otro de esos domingos de Rory. Otra oportunidad que se le iba por la gatera. Pero fue entonces cuando sacó la varita mágica. Pegó un golpe imposible desde el búnker y se dejó opción de eagle. Uno de esos golpes que sólo él puede hacer. La mayoría ni se atreven a intentarlo. Se lanzó a tumba abierta a por el torneo y le salió cara…
Así vivimos en directo un domingo memorable en el THE PLAYERS
Acabó con cuatro birdies en los segundos nueve y un solitario bogey, éste en el 14 tras fallar un putt muy corto de par. Sí, otra vez se presentaron en Sawgrass los fantasmas de Rory. De nuevo parecía perder comba en medio de una batalla bestial. Seguramente el domingo más emocionante que se recuerda en el THE PLAYERS. Hasta siete jugadores diferentes llegaron a ostentar el liderato y a falta de cinco hoyos para el final había doce separados por dos golpes. Pero entonces llegó su segundo golpe en el 15, también desde el búnker. Opción de birdie. Y dentro. Fabuloso. Chico maravilla. Chico de oro.
La pelea en los últimos hoyos fue grandiosa, pero sólo McIlroy fue capaz de alcanzar el -16. Su golpe en el 18, con el torneo ganado, lo define. Buscó el trapo y la dejó en los escasos metros que había entre la bandera y el agua. Hay que tenerlos ‘cuadraos’, pero así es Rory. Para lo bueno y para lo malo. Nadie duda que podría tener más victorias en su palmarés, pero mientras tanto, qué bien nos lo pasamos con él. Larga vida a Rory.
VÍDEO | Vegas emboca el putt más largo del 17 desde 2003: ¡¡21 metros!!
El torneo lo pudieron ganar un montón de jugadores. Quienes lo tuvieron más cerca fueron Jim Furyk, que hizo la machada de la semana al acabar segundo en solitario con 48 años en el DNI y haciendo birdie en el 18; Jhonattan Vegas, Tommy Fleetwood, Brandt Snedeker, Schniederjans, Abraham Ancer, Eddie Pepperell, Dustin Johnson y, por supuesto, Jon Rahm.
El de Barrika acabó fuera del top ten y fue uno de los que lideró el torneo durante más minutos este domingo. Muy cruel. Muy inmerecido. Logró levantar un mal inicio con tres bogeys en los primeros cuatros hoyos. No se alteró. No perdió los nervios. No buscó más allá. Siguió a su ritmo, confiando en su golf, seguro de que iba a tener la oportunidad. Y volvió… Y de qué manera. Hizo birdies en el 6 y en el 8 y recuperó el liderato. Iba en su burbuja y sus constantes vitales eran fabulosas.
Llegó entonces un momento clave en la vuelta. El segundo golpe en el hoyo 11. Falló la salida al búnker y trató de hacer más de la cuenta. Quiso buscar el green con un golpe genial. Puede salir y mucho más a él, pero era realmente muy difícil. Su caddie, Adam Hayes, trató de disuadirlo, pero Jon lo veía claro y fue a por él. Se marchó al agua y aquello se clavó como un puñal… Hizo daño.
Logró meterse de nuevo en la pelea con un birdie de bandera en el hoyo 13, pero a partir de ahí su juego largo, especialmente desde el tee, se resintió. Falló las salidas en el 14, 15 y 16 y ya no pudo alcanzar a McIlroy. Aún buscaría el hoyo en uno en el 17. Qué raza. El golpe iba en línea a la bandera, pero le faltó un metro y acabó en el agua. Doble bogey mortal. No sólo dejó de pelear por el triunfo, sino que se le escapó el top ten. No obstante, Rahm no ha llegado al golf para pelear por top ten…
McIlroy cierra una secuencia sideral de seis top 6 consecutivos con la victoria en el torneo que más dinero reparte del mundo. El chico de oro. Sólo tres jugadores han ganado más de quince torneos del PGA Tour, incluidos al menos cuatro Majors, antes de cumplir 30 años. Uno es Rory y los otros son Nicklaus y Tiger. Sí, McIlroy pertenece a ese club, aunque a veces le cueste responder a esa etiqueta. Su gran desafío llegará en 25 días, el Masters de Augusta. Allí volverá a pelear por cerrar su particular grand slam y, seguramente, se volverá a ver las caras con Jon Rahm.
