Rory McIlroy ha empezado el año con un nuevo propósito entre ceja y ceja. Su objetivo es coger más calles. Lo tiene claro y se ha metido un número en la cabeza. Quiere acabar 2019 por encima del sesenta por ciento de efectividad desde el tee, algo que no ha conseguido, ni de lejos, en los dos últimos años. En 2017 su media en el PGA Tour fue de 54,97% y el año pasado se quedó en 55,79. Más allá del puesto 150º del ránking.
CRÓNICA: Rahm remonta y se deja una pequeña rendija en Hawái
El norirlandés ha trabajado duro este invierno para recuperar la solidez con el driver. Está convencido de que esta debilidad es lo que le ha hecho bajar en los ránkings en los dos últimos años. Especialmente, los domingos con los títulos en juego. Para mejorar sus cifras no sólo ha pegado más bolas de prácticas o ha ajustado el palo con los responsables de Taylormade, también se ha sacado de la chistera un nuevo ‘juguete’, un recurso con el que antes no se sentía tan cómodo y que esta semana lo ha puesto en práctica en varias ocasiones en Hawái.
Los Reyes le devuelven a Justin Rose el Número 1 del mundo
Concretamente, se trata de pegar una bola baja desde el tee, un misil tierra-tierra que apenas levanta quince metros del suelo y que consigue una trayectoria muy recta. Obviamente, antes ya podía pegar ese golpe, pero no se sentía cómodo, cometía errores y al final no lo utilizaba tanto como deseaba. “Mi propósito para 2019 es mejorar mi porcentaje de calles. Quiero estar por encima del sesenta por ciento, o al menos en el sesenta. El drive bajo lo he estado trabajando porque en determinadas condiciones es muy útil, especialmente con viento en contra y cuando viene desde la derecha, que es cuando más errores he cometido en los últimos meses. Se lo dije este invierno a los chicos de Taylormade cuando estuvimos probando el M5. Quiero tener ese golpe en mi bolsa. Realmente, yo no busco más distancia desde el tee, mis números son buenos, pero sí quiere tener más recursos y, sobre todo, tener más veces la bola en juego. Esta semana estoy muy a gusto con ese golpe”, asegura.
“Mi propósito para 2019 es mejorar mi porcentaje de calles. Quiero estar por encima del sesenta por ciento, o al menos en el sesenta»
De momento, los datos le dan la razón a McIlroy, aunque obviamente sólo es el primer torneo del año y, precisamente, las calles del Plantation Course de Kapalua no son las más estrechas de la temporada. Aún así, su media de calles cogidas esta semana es de 66,67%, doce puntos por encima del año pasado, y concretamente ayer llegó al 73,33. Son buenas noticias para Rory, aunque la verdadera prueba del algodón será hoy, domingo, última jornada y con el título en juego. En esta situación fue cuando más sufrió el año pasado el magnífico jugador norirlandés. Hoy toca examen en Hawái.
