Sam Burns tuvo tiempo para ver repetida la final de la Liga de Campeones entre que terminó su vuelta y salió a jugar el desempate del Charles Schwab Challenge. Podemos confirmar que no lo hizo, pero pudo hacerlo. Pasó más de una hora y media. En cambio prefirió patear y tirar algunos golpes en la cancha de prácticas por si llegaba el momento de salir a un desempate. Lógico.
Realmente Burns no pensaba que su -9 final, con una tarjeta este domingo de 65 golpes, iba a ser suficiente para ganar una de las citas con más solera del PGA Tour. Sin embargo, su muy buena actuación, unida a un diabólico Colonial Country Club, urdieron la emboscada perfecta para dinamitar al Número Uno del mundo y al resto de candidatos.
El viento saltó con fuerza en Colonial en la ronda final y provocó una escabechina en los últimos partidos del día. Scottie Scheffler entregó una tarjeta de 72 golpes sin ningún birdie en su haber y salvando pares a diestro y siniestro con putts de lo más comprometidos. Llevó a cabo un bravo ejercicio de supervivencia, pero acabó claudicando en el primer hoyo del desempate con un putt de once metros de Sam Burns. Marca de la casa. Nada que sorprenda a los que conocen bien a Burns y mucho menos a Scheffler, uno de sus mejores amigos en el Tour.
Burns sorprendió a todos viniendo desde atrás y ganó el torneo. Su tercera victoria esta temporada. Empezó el día a siete golpes de Scheffler. Ha igualado la mayor remontada de la historia de Colonial en un domingo. También enjugó siete golpes Nick Price en 1994.
El último tercio del torneo fue una carrera de eliminación. Los candidatos al triunfo iban saltando por los aires: Davis Riley con un fuera de límites desde el tee del 14, Harold Varner III con un cuatripateo en el 12 y descarrilamiento posterior, Brendon Todd con un mal día en los greenes, Scott Stallings con tres bogeys en siete hoyos… Hubo un momento en el día, cuando a Scheffler y Todd le quedaban dos hoyos, que los últimos cuatro partidos marchaban con un acumulado de +19.
Scheffler consiguió resistir y llegar al menos al desempate, pero sin birdies no hay paraíso y tuve que ceder finalmente ante Burns. Se generó muy pocas opciones de birdie, ya que no terminó de entender el viento. No era fácil.
Colonial Country Club se vuelve a revelar como uno de los mejores campos y más divertidos del año del PGA Tour. No hay que hacer trazados kilométricos para generar un gran desafío a los jugadores. Preparación de lujo bien ayudada, eso sí, por un viento durísimo el fin de semana. Curiosamente, se ha terminado ganando con el resultado (-9) que ya era líder al final del viernes. Gran fin de semana.
