Lo que para el resto de los mortales es lo habitual, para Jon Rahm es más bien una anomalía. Salir a jugar el domingo en cualquier torneo del PGA Tour con escasísimas opciones de pelear por la victoria -y decimos escasísimas porque con el de Barrika nunca hay que dar nada por seguro al 100%, aunque esta vez lo parece- no es algo que le ocurra a menudo al golfista español. Pero esta semana, en el Waste Management Phoenix Open de Arizona, desgraciadamente lo será.
Jugaba en ‘casa’, a cinco minutos de su residencia habitual y junto a la Arizona State University en la que se formó. Conocía el campo al detalle, donde practica a menudo. Pero el golf es así de complicado y de caprichoso, y esa aparente ‘ventaja’ no le ha servido a Jon para terminar de meterse nunca del todo en la batalla por el primer puesto. Y eso que este sábado, en la segunda mitad del TPC Scottsdale, ha apretado de lo lindo para engancharse como fuera a los primeros puestos…
Al contrario que el viernes, Rahm ha cometido en este ‘moving day’ algunos errores desde el tee. Por ejemplo en el 1 y en el 2, aterrizando en el búnker de calle; en el 11, mandando la bola al rough, muy a la derecha, y viéndose obligado a ‘regalar’ un golpe regresando a la calle al no tener tiro directo a green; en el 13, de nuevo encontrándose con el obstáculo de arena; en el 15, repitiendo la secuencia del 11 para terminar también salvando el par como mal menor; y en el 18, en su agónico intento final de remontada.
He does it again‼️@JordanSpieth leads by one @WMPhoenixOpen.#QuickHits pic.twitter.com/WpKZ9r4y2F
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Sin embargo, en los hoyos en los que acertó su golpe de salida, el español sí consiguió ser algo más preciso que ayer con los hierros. No es que el viernes fallara segundos golpes, pero le costó dejarla cerca. Este sábado lo hizo en el par cuatro del 9 y en el par tres del 16, el estadio, donde jaleado por la gente, volvió a jugar su mejor hoyo. En el 14, además, embocó un putt de más de cinco metros y medio para birdie. Así, estos tres aciertos, unidos a los birdies en los pares cinco del 4 y el 13, en los que no tuvo putts de eagle, le permitieron ir poco a poco arreglando su ronda.
En el 17, el par cuatro riesgo-recompensa, busco el lado derecho del rough junto al green, como toda la semana, y se la jugó con su approach con una bandera muy complicada para firmar su último birdie del día, desde algo más de metro y medio. En el 18, después de una recuperación maravillosa, tuvo un último putt de unos tres metros para alcanzar el -11 y aferrarse un poco más al milagro. Pero no pudo ser y terminó cerrando con un último par su ronda de 66 golpes, la mejor que ha hecho hasta ahora esta semana en el torneo, para un acumulado de 10 bajo.
Por delante, una batalla épica entre un buen puñado de aspirantes tuvo dos ganadores. Uno de ellos fue Xander Schauffele (-18), que logró conservar el liderato con el que arrancaba el día después de entregar una tarjeta de 65 golpes. Pudo incluso irse líder en solitario al hotel si llega a embocar un putt cómodo de birdie en el 18, pero falló. El otro, el ‘chico maravilla’, Jordan Spieth (-18), que durante toda la semana está dando inequívocas muestras de empezar a estar recuperado para la causa pese a faltarle afinar todavía su juego con el driver (sólo seis calles de 14 hoy).
Not going away!@XSchauffele birdies the 14th to get to 16-under.#QuickHits pic.twitter.com/FKS1vgXMQt
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El texano firmó una vuelta de 61 golpes, diez por debajo del par del campo, con nada menos que 10 birdies, el registro más alto de toda su carrera en el circuito. Nunca antes en toda la historia del TPC Scottsdale en el PGA Tour un jugador había sido capaz de hacer 10 birdies ‘cazando’ seis calles o menos durante su ronda, algo que logró hoy Jordan con una exhibición extraordinaria alrededor de green y con el putter.
La única vez que Spieth había logrado 61 golpes en una ronda del PGA Tour fue en la tercera del John Deere Classic de 2015, torneo en el que terminó logrando la victoria. Un triunfo que se le resiste desde el British Open de julio de 2017. Desde entonces, en 78 eventos por todo el mundo, el texano no ha vuelto a saborear las mieles del éxito por las que peleará mañana con unos cuantos aspirantes y, sobre todo, con un Xander Schauffele con quien Spieth coincidió en el grupo estelar del domingo del Open Championship de 2018, la última vez que estuvo en uno.
La historia, en este caso, favorece a Jordan, que ha sido capaz de ganar nueve de los 16 torneos en que llegó líder o colíder a la última ronda. Xander, por su parte, pese a tener más recientes los triunfos después de ganar el Sentry TOC hace un año, ha estado al frente de la clasificación tres veces tras los 54 primeros hoyos, pero ninguna de ellas consiguió levantar el trofeo. Así, la batalla de mañana se presenta apasionante, con ellos dos y una lista de candidatos sencillamente espectacular: Scottie Scheffle (-15), Kyoung-Hoon Lee (-15), Louis Oosthuizen (-14), Justin Thomas (-14), James Hahn (-13), Steve Stricker (-13) y otro ‘renacido’, Brooks Koepka (-13).
Una apasionante batalla en la que, lamentablemente y salvo auténtico milagro, esta vez no estará Jon Rahm, que comenzará el domingo en la 16ª posición empatado, igualando el que hasta la fecha ha sido su ‘peor’ resultado en este torneo desde que debutó como amateur allá por 2015. Conociendo su forma de jugar, de pensar y de reaccionar ante las adversidades, será difícil que no termine metiéndose en la pelea por el top 10…
