– Jason Day (-18) se mueve por el Comway Farms Golf Club (Lake Forest, Illinois) como si fuera un dibujo animado. En otra dimensión con sus propias leyes físicas, elásticas y tolerantes: al 61 de la primera ronda, finalizada el viernes por la mañana, ha seguido un 63 en la segunda.
– Seguro que el fin de semana se le hace un poco más largo, porque de otro modo se puede plantar en treinta menos en la tarde del domingo en un campo que se deja hacer. Daniel Berger (-13) y Brendon Todd (-13) que están haciendo seguramente el torneo de sus vidas, se encuentran ahora empatados en segunda posición a cinco golpes del australiano. Jordan Spieth (-11) tampoco se batirá en retirada, pero su rotunda mejora apenas le ha servido para quedarse muy lejos de la cabeza y la carga de McIlroy (-9) se ha quedado asimismo en pañales ante el despliegue de Jason, que de momento ha igualado el récord del PGA Tour en 36 hoyos (124 golpes). «Debería estar en -19, eso habría sido fantástico», bromeaba al finalizar.
– «Siento como si debiera pagar por ver este evento», afirmaba por su parte Spieth al finalizar, después de asistir en primera línea a la enésima exhibición del australiano. Por si acaso, el texano se guardaba un final con birdie en el 17 y un gran eagle en el 18, para aguardar acontecimientos en una discreta segunda fila.
– Sergio García (-7) ha reaccionado con coraje y eficacia. En la mañana del viernes finalizaba la primera vuelta sin mover su registro, pero su 65 en la segunda ronda le deja abiertas las puertas para luchar junto a los mortales por ese tercer puesto que necesita para meterse en el último play off (puede que incluso le valiera un cuarto). Hasta nueve birdies ha firmado el español, que ha embocado con fluidez desde todas las distancias y que ha pegado a green con mucha intención. Sólo un doble bogey en el 10 ha impedido un resultado más importante, pero la realidad es que después del tropiezo ha seguido remando con la misma fe que antes. Hay, por tanto, base y fundamento para creer en su machada.
