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Sergio da un recital de nueve hoyos

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Sergio García lució un crespón negro en la gorra en recuerdo de las víctimas de la tragedia de Barajas

No empezaron bien las cosas para Sergio García en estos millonarios playoffs de la FedEx Cup. Nada más empezar el Barclays, en el hoyo 2 de Ridgewood, el de Borriol tropezaba con su primer bogey…

Los birdies no rompían y en el hoyo 8 había un nuevo tropiezo. No pintaba bien la tarjeta (+2 tras ocho hoyos), sobre todo, si tenemos en cuenta que el líder, Hunter Mahan, que por entonces ya se había duchado en el hotel y se estaba tomando una pinta, había fijado en el marcador un imponente -9.

Ahí llegó la reacción de Sergio. El golfista español está jugando muy bien al golf. Pero no sólo hoy, lleva muchas semanas pegándole muy bien a la bola. Se deja infinidad de oportunidades de birdie y cuando tiene que recuperar lo hace como los magos. Sólo le falta la cuadratura del círculo. La guinda. Ese punto de suerte o de quién sabe qué que impide que las opciones claras de birdie terminen siendo pares y los pares bogeys.

A partir del hoyo 9 ha jugado en plan maestro. Ha hecho birdie en el 9 y en el 10. Así, en un plis plas, volvía al par del campo. Y no paró. En el hoyo 12, el más duro del día, tuvo una gran opción de birdie, pero el putt se marchó por escasos centímetros.

En el 13 firmó otro birdie fantástico. Llegar de dos a green en este larguísimo par 5 (un monstruo de casi 570 metros) era ayer una quimera. No hay nada que más le guste a Sergio que un reto de este calibre: descomunal drive al centro de la calle y madera 3 que se queda en el umbral del green. Extraordinario. Después approach y putt.

En el 14 salva un buen par después de perder el green. Su tiro desde el rough dejó la bola casi dada.

Su salida en el 15 (par 3) es de antología…

Tenía todas las papeletas para convertirse en el tirazo del día en el Barclays, pero minutos después Anthony Kim le quitó el número con una bola abierta desde detrás de los árboles sencillamente maravillosa. Sergio estuvo a punto de hacer hoyo en uno. La bola era perfecta, iba en línea de bandera, un bote, dos botes, se veía dentro, pero en el tercer bote se mueve milimétricamente a la derecha y roza el hoyo en el cuarto bote. Una lástima. Sergio sacaba el putter de la bolsa con una mirada de resignación, como diciendo "y por qué no sale cara alguna vez". Después falla el putt de birdie. Lo que pudo ser eagle se quedó en par. Esa guinda… Ese no sé qué…

En el 16 se rehace con otro fantástico hoyo. Birdie y al par 5 del 17. Pierde la calle, se sace un tirazo desde el rough y se da una gran oportunidad de birdie tras el approach. El putt se queda corto por unos simples miligramos de fuerza.

El 18 es uno de los duros de Ridgewood. Ya lo anunció Sergio. Sin embargo, parecía que el español ya lo había convertido en un caramelito tras su fantástica salida larga y al centro de la calle. Falla el segundo golpe y acaba en un búnker, muy cerca de bandera y con un desnivel de algo más de dos metros. García ajusta al máximo, arriesga y yerra. La bola se queda en las barbas del rough. La saca algo pesada y mete un gran putt para bogey. La vuelta termina con 70 golpes, -1.

Si uno ve la ronda entera de Sergio da la sensación de que debieron ser menos, pero la tarjeta no engaña. Sus nueve hoyos entre el 9 y el 17 fueron extraordinarios. Si llegan a ser los 18, hoy no se hablaría de Hunter Mahan en Nueva Jersey, sino de Sergio García. Pero fueron 9.

Pese a todo, el español se encuentra entre los 30 primeros. Está lejos del líder, pero el segundo es Paul Casey con -5, a sólo cuatro impactos. Quedan tres días por delante y el juego de Sergio invita al optimismo.

Además, el castellonense jugará mañana muy temprano. Hoy las mejores vueltas a Ridgewood se han hecho antes de comer.