García ofrece una lección de garra en Malasia para acabar segundo por detrás de un intratable Moore
Ryan Moore ha repetido victoria en el CIMB Classic. Es el primer jugador que gana un mismo torneo dos años seguidos en el PGA Tour desde Tiger Woods en el Arnold Palmer Invitational (2012 y 2013). Todos los honores para un golfista que pega a los hierros con mira telescópica.
Sergio García acabó segundo a tres golpes del ganador, empatado con Gary Woodland y Kevin Na. No es precisamente la segunda posición un lugar que deje habitualmente un regusto dulce en el paladar, sin embargo en esta ocasión hay darle mucho valor y mérito. Premio a la actitud.
Sergio ha sacado un excelente resultado en el Kuala Lumpur Country Club de Malasia jugando a contraestilo, sufriendo lo indecible de tee a green y firmando unas recuperaciones al más puro estilo Harry Houdini. El español ha demostrado ya incontables veces que es capaz de ganar a cualquiera cuando su juego largo anda fino y le acompaña el putt. Cuando esta ecuación funciona es simplemente irresistible.
No obstante, en Malasia ha puesto sobre la mesa otra versión suya a la que no estamos tan acostumbrados. Es el plan B, el juego corto, la actitud, encarar cada golpe como un desafío casi divertido, mirar hacia adelante sin darle demasiadas vueltas a lo anterior. Que falla la versión premium, busquemos en el morral de los recursos, que en el caso de Sergio son multitud. Es una consecuencia de ese nuevo García que se ha impuesto con fuerza desde hace año y medio. Hoy el putt ha estado sensacional, ha firmado unos pares estratosféricos, pero más que por un día o un fin de semana de inspiración en los greenes, que también cuenta, la razón hay que buscarla en la actitud.
Sergio se llevaba un mazazo importante en el 10. Su golpe de salida botaba en el camino y no hubo manera de encontrar la bola. Mala suerte. Perdida y vuelta al tee. No hay peor manera de arrancar los últimos nueve hoyos de un domingo que con un doble bogey. Sin embargo, no hubo grandes lamentaciones. Al tee del 11 y a otra cosa. Firmaba un gran birdie con un putt de entre cuatro y cinco metros y ahí daba comienzo a su exhibición de juego corto y putt. Sacaba un par extraordinario en el 13 haciendo approach y putt desde un lugar muy delicado; en el 14 firmó un birdie sensacional tras otro golpe desde el rough de muchísima calidad; otro par estratosférico en el 15 tras irse al búnker y embocar después un putt de unos tres metros; en el 16, más madera, desde el búnker sacó el par y remataba en el 18 con un putt de par complicadísimo de algo más de tres metros con caída de derecha a izquierda. Ese putt aseguraba su segunda posición.
Sergio no ha estado fino y por eso hay que valorar más si cabe el segundo puesto y la tarjeta de 69 golpes que se ha sacado de la manga. Es una versión que invita a soñar. Lleva tiempo apuntándola, pero hoy quizás se ha visto en su máxima expresión, acompañada por un putt que se ha mostrado demoledor.
Moore ha sido mucho Moore, especialmente en los hoyos finales. Ha firmado hoy la friolera de ocho birdies para un tarjeta de 67 golpes. Cuando más apretó la presión, justo cuando Na comenzó a deshacerse desde el liderato, con dos tripateos terribles en el 14 (para par) y en el 15 (para bogey), y tras perder su bola en una palmera en el 17 con resultado de doble bogey, Moore sacó su mejor versión. Sus tiros a bandera en los hoyos 14, 15 y 17 han sido para enmarcar. Triunfo más que merecido.
Hay que destacar igualmente el torneo de Cameron Smith, el joven australiano de 21 años que veía pegando fuerte en el Asian Tour y que ya mostró su valor en la cita del European Tour en Hong Kong. Hoy ha rubricado una magnífica quinta posición que le permitirá jugar tres torneos seguidos del circuito americano: el CIMB, el Sanderson Farms la próxima semana, para el que se clasifica por top ten, y el OHL de Mayakoba, al que está invitado. Su quinta posición en Malasia le abre las puertas del PGA Tour. Si consigue dos buenos resultados las dos próximas semana dará el salto al gran circo del golf mundial.
