Sergio García (-3) ha tardado muy poco en quitarse de encima el sinsabor del WGC Cadillac Championship.
El de Borriol comenzó el Transitions con una buena vuelta de 68 golpes, libre de bogeys. Un respiro después de tanta montaña rusa en Doral. Eso sí, todo queda empequeñecido después de lo que hizo Padraig Harrington (-10)…
El irlandés se fabricó la vuelta de su vida. Firmó 61 golpes para establecer el récord del torneo y un sólido liderato con tres golpes de ventaja sobre Will Claxton. Incontestable. “Muy pronto te das cuenta de que es tu día, de que todo te sale”, explicaba Harrington. Y tanto. Para muestra, su putt de 25 metros para birdie en el hoyo 17. En total, 65 metros de putts embocados. Una vuelta de ensueño. La mejor de su carrera. Sólo empatada con otro 61 que hizo en el Nedbank Challenge, un torneo que no pertenece a ningún circuito, y que no fue récord del campo porque se jugó colocando bola. Harrington sacó una media de casi nueve golpes al resto de los jugadores del torneo. Una exhibición.
El ganador de tres majors aseguó ayer que “llevaba mucho tiempo jugando muy bien. Lunes, martes y miércoles hacía vueltas sensacionales, pero llegaba el jueves y algo no terminaba de cuadrar. Hoy ha salido algo que llevaba tiempo buscando”. Posiblemente, no un 61, pero sí una vuelta realmente baja. Harrington dio un giro a su carrera el pasado mes de enero. Había estado trabajando con Pete Cowen, tras dejar a su entrenador de toda la vida, Bob Torrance, y se puso en manos de Dave Alred, el mismo preparador con el que Luke Donald alcanzó el Número 1 del mundo. Un especialista que procede del rugby y que trabaja profundamente el aspecto mental del juego.
Sergio García tuvo un buen arranque en el torneo de Florida. Los 68 golpes le permiten colocarse en el puesto 20º. Lo más importante fue, no obstante, que acabó sin bogeys, una sensación más que buena después de tanto altibajo en Miami. El jugador español no se dejó demasiadas opciones de birdie. Jugó ordenado, sin meterse en muchos problemas, sólido desde el tee, pero no demasiado preciso en los tiros a green. No las dejó cerca. Aún así, tampoco sufrió en exceso para salvar los pares a excepción de un buen putt de casi cuatro metros.
Las condiciones de juego en el recorrido Copperhead del Innisbrook Resort fueron excelente. Apenas sopló el viento, sobre todo por la mañana, y la temperatura fue más que agradable. Además, este año no hay demasiado rough, por lo que se vieron muchos resultados bajos. Un total de 76 jugadores terminaron bajo par. Eso sí, también hubo alguno que se metió en problemas. Charl Schwartzel, por ejemplo, comenzó con una ronda de 76 golpes. Justin Rose, ganador en Doral el pasado domingo, y Luke Donald, comenzaron con -4.
