Dos lecturas pueden hacerse de la primera vuelta de Sergio García (+1) en el Byron Nelson. Por un lado, una realidad tan obvia como certera: el español no ha comenzado bien, firmando una tarjeta de 72 golpes en el Trinity Forest Golf Club de Dallas, que lo sitúa muy retrasado en la clasificación a siete golpes de la cabeza en el momento de editar esta crónica. Desde otro punto de vista, igualmente objetivo y real, pero quizá no tan obvio, la lectura tiene más enjundia. Y es más positiva.
Para empezar, el de Borriol no ha jugado tan mal en este campo recién estrenado por el PGA Tour, si nos atenemos al número de greenes en regulación, por ejemplo (16/18). Siempre se puede dejar la bola más cerca, qué duda cabe, y de hecho han sido muchos los jugadores que lo han hecho, pero ha estado serio y consistente. También desde el tee (11/14 calles cogidas).
Además, cuando el asunto ya se había puesto peliagudo, pagando caro cada error, por pequeño que fuera, y con un tripateo a las espaldas, Sergio mantenía la calma, mejoraba incluso sus prestaciones dejándose una muy buena opción en el hoyo 6 (terminaba por el 9), sacando sin problemas el birdie en su último par 5 del día (hoyo 7), y pateando de nuevo para birdie en los hoyos 8 y 9. Si veníamos diciendo que a Sergio le ha vencido la impaciencia en las últimas semanas, que no se encontraba cómodo en el campo, no puede decirse hoy lo mismo. Y es una buena noticia, aunque vaya a tener que luchar duro mañana para pasar el corte, en lo que sin duda va a ser otro interesante examen.
Sergio tiene que poner a punto su juego corto. Eso es lo que le estàa fallando desde hace un par de meses. Cada vez que se va al bunker o al rough del green termina en bugueando. Si lo hace volverá a estar por arriba.
Lo que no sé es cuanto su nueva situación le deje concentrarse en entrenar. Necesita dejar de competir y dedicarle tres semanas al juego corto.
!Qué facil es dar consejos a los demás, ¿verdad?!