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SERGIO, UNA MÁQUINA

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Sergio García (-5) ha cerrado la primera jornada del Honda Classic como líder tras entregar una excelente tarjeta de 65 golpes en el Champion course (par 70) del PGA National (Palm Beach Gardens, Florida). El español está empatado en cabeza con Michael Thompson, un jugador que ya ha sido capaz de sacar lo mejor de sí mismo en este campo;  no en vano aquí consiguió hace tres años su única victoria en el PGA Tour. Sergio ha mostrado hoy su mejor versión en un recorrido muy exigente en el que sólo ha habido una tarjeta sin bogeys, la de su compañero de partido, Rickie Fowler (-4), que también se ha postulado como candidato al triunfo.

El campo, tal y como se ha explicado en la previa del torneo y viene siendo habitual en los últimos años, se ha comportado como todo un escenario de major, hasta el punto que el corte podría llegar el viernes incluso hasta +4. Por eso hay que valorar todavía más el registro de Sergio, aunque su turno de juego, el vespertino, se viera ligeramente favorecido, pues soplaba menos el viento (de todas maneras soplaba, vaya si soplaba).

El de Borriol arrancaba la moto con un eagle en el hoyo 2, embocando con un hierro 8 en la mano desde unos 130 metros de distancia con el viento en contra. Al margen de este bonus, lo cierto es que Sergio se ha mostrado mucho más seguro desde el tee de como se le viera hace una semana en Rivera, y muy fino alrededor de green y con el putter en la manos, pues rmbocaba algunos putts muy delicados de par y de birdie desde distancias que rondaban y superaban los tres metros. Son esos putts convertidos de entre diez y veinte pies (entre tres y seis metros) los que definen casi cada semana al ganador…

Sergio ha disfrutado jugando junto a Fowler y cada cual alimentaba al otro según transcurría la jornada. Si Sergio embocaba desde la calle en el 2, Fowler encestaba un chip desde unos quince metros en el 10… Si el juego largo del español carburaba casi a plena satisfacción, el del californiano era tanto o más certero. La fiabilidad del norteamericano, que gana enteros casi semana a semana, hace verdaderamente de él un serio candidato a la lucha por el trono mundial. El propio García explicaba al final de la vuelta que una vuelta sin bogeys en este campo casi le parecía una quimera.

 

Sergio ha ganado la primera batalla contra las dudas que podría haber provocado el inesperado traspié de Riviera y lo ha hecho en un recorrido temible: tan solo 22 jugadores ganaban al campo al final del día y cerca de un tercio del total de los jugadores terminaba entregando tarjetas de 75 o más golpes…

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